Iniciativa de obra para la Autopista Río Cuarto - Córdoba !
martes, 13 de mayo de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE INICIATIVA DE OBRAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOPISTA RIO CUARTO-CORDOBA
La verdad que agradezco el sentido del humor del señor ministro de Planificación Federal; realmente muchas veces no sólo hay que tener voluntad, tiempo, sino también cierta dosis de humor para abordar los problemas cotidianos que nos presenta nuestro querido país, la República Argentina.
Esta obra de iniciativa privada, 415 millones de pesos, para mejorar el camino que los cordobeses y no cordobeses también van a transitar entre Río Cuarto y la ciudad de Córdoba, es una ruta que inclusive une hasta Alta Gracia y que va a significar no solamente el ahorro de tiempo de quienes transiten la ruta, sino también bajar los niveles de peligrosidad porque no se va a tener que ingresar a los distintos pueblos que están a la vera de la ruta y que obviamente el ingresar a zonas más pobladas, más transitadas, plantea situaciones de vulnerabilidad en materia de seguridad vial que esta obra va a obviar. Y que se une junto a la importante obra que estamos haciendo -aquí lo veo también al diputado Alberto Cantero- en la ruta 9, la Autovía que une la ciudad de Córdoba desde Villa María inclusive hasta Rosario; también la ruta 14, todo, como decía recién el señor Ministro, prolija y planificadamente ignorado como todo lo que es positivo y que contribuye en definitiva a desarrollar y mostrarles a los ciudadanos la gestión que está haciendo no un gobierno sino fundamentalmente los ciudadanos, porque obvio que todo esto se hace con los tributos que pagan los argentinos. En este caso es una iniciativa privada, fondos que da un sector privado, pero en definitiva es eso.
Yo leía también ayer los números importantes en materia de indigencia y de pobreza, que hemos reducido del 23,4 al 20,7 la pobreza y del 8,4 al 6 por ciento la indigencia, datos por supuesto todos prolijamente ignorados, porque lo importante siempre es presentar que las cosas están mal, horribles y que seguramente van a estar un poquito peor mañana, de modo tal que a ningún argentino se le ocurra sentirse optimista frente a la vida, frente al país.
Paralelamente de cualquier manera hay un país que trabaja, que consume, que sigue apostando al crecimiento y a que las cosas no solamente pueden cambiar sino que están cambiando. Creo que esto es lo más importante que tenemos que lograr, más allá de las cosas que muchas veces nos muestran medios de comunicación, esta versión casi terrible que tenemos o que quieren mostrarnos de la República Argentina.
Lo importante creo también es el tema de cómo hemos mejorado el grado de formalización del trabajo, que hemos batido el record que habíamos tenido en la década anterior. Desde mayo del 2003 pudimos reducir casi 10 puntos en materia de formalización del trabajo y en la última medición estamos aún dos puntos más abajo, 37,3 del 39,3 de la última medición, más argentinos con trabajo formal, con trabajo decente, como gusta decir al ministro de Trabajo y además como dice la Organización Internacional de Trabajo.
Lo importante es seguir el camino, tener mucha perseverancia, mucha paciencia y mucho trabajo. Creo que a todo esto se le gana con trabajo, con seguir apostando a la construcción, no a la destrucción, y al trabajo cotidiano que millones y millones de argentinas y argentinos hacen todos los días cuando salen de su casa muy temprano por la mañana y regresan muy tarde, con la satisfacción muchos de haber recuperado un trabajo, otros de haber mejorado su salario y seguramente todos con la ilusión de que con esfuerzo y trabajo vamos a seguir cambiando a la Argentina. Pese a los que les molestan estos cambios, aunque también los han disfrutado, inclusive muchos de los que parecen los críticos más acérrimos son tal vez los que más han disfrutado del crecimiento en la producción, en la exportación y en la riqueza general de la República Argentina.
Creo que hay tener el deber de todo gobernante, señor Ministro, no enojarse, el deber de todo gobernante es seguir trabajando, porque en definitiva para enojarse están los que tienen tiempo de eso. Los que tenemos que estar trabajando por la responsabilidad en la vida cotidiana de todos los argentinos, no solamente no tenemos tiempo sino que tampoco tenemos derecho a enojarnos sino a hacer esto, seguir trabajando como lo estamos haciendo en el día de la fecha.
Muchísimas gracias y tengan todos ustedes muy buenos días. (APLAUSOS)
La verdad que agradezco el sentido del humor del señor ministro de Planificación Federal; realmente muchas veces no sólo hay que tener voluntad, tiempo, sino también cierta dosis de humor para abordar los problemas cotidianos que nos presenta nuestro querido país, la República Argentina.
Esta obra de iniciativa privada, 415 millones de pesos, para mejorar el camino que los cordobeses y no cordobeses también van a transitar entre Río Cuarto y la ciudad de Córdoba, es una ruta que inclusive une hasta Alta Gracia y que va a significar no solamente el ahorro de tiempo de quienes transiten la ruta, sino también bajar los niveles de peligrosidad porque no se va a tener que ingresar a los distintos pueblos que están a la vera de la ruta y que obviamente el ingresar a zonas más pobladas, más transitadas, plantea situaciones de vulnerabilidad en materia de seguridad vial que esta obra va a obviar. Y que se une junto a la importante obra que estamos haciendo -aquí lo veo también al diputado Alberto Cantero- en la ruta 9, la Autovía que une la ciudad de Córdoba desde Villa María inclusive hasta Rosario; también la ruta 14, todo, como decía recién el señor Ministro, prolija y planificadamente ignorado como todo lo que es positivo y que contribuye en definitiva a desarrollar y mostrarles a los ciudadanos la gestión que está haciendo no un gobierno sino fundamentalmente los ciudadanos, porque obvio que todo esto se hace con los tributos que pagan los argentinos. En este caso es una iniciativa privada, fondos que da un sector privado, pero en definitiva es eso.
Yo leía también ayer los números importantes en materia de indigencia y de pobreza, que hemos reducido del 23,4 al 20,7 la pobreza y del 8,4 al 6 por ciento la indigencia, datos por supuesto todos prolijamente ignorados, porque lo importante siempre es presentar que las cosas están mal, horribles y que seguramente van a estar un poquito peor mañana, de modo tal que a ningún argentino se le ocurra sentirse optimista frente a la vida, frente al país.
Paralelamente de cualquier manera hay un país que trabaja, que consume, que sigue apostando al crecimiento y a que las cosas no solamente pueden cambiar sino que están cambiando. Creo que esto es lo más importante que tenemos que lograr, más allá de las cosas que muchas veces nos muestran medios de comunicación, esta versión casi terrible que tenemos o que quieren mostrarnos de la República Argentina.
Lo importante creo también es el tema de cómo hemos mejorado el grado de formalización del trabajo, que hemos batido el record que habíamos tenido en la década anterior. Desde mayo del 2003 pudimos reducir casi 10 puntos en materia de formalización del trabajo y en la última medición estamos aún dos puntos más abajo, 37,3 del 39,3 de la última medición, más argentinos con trabajo formal, con trabajo decente, como gusta decir al ministro de Trabajo y además como dice la Organización Internacional de Trabajo.
Lo importante es seguir el camino, tener mucha perseverancia, mucha paciencia y mucho trabajo. Creo que a todo esto se le gana con trabajo, con seguir apostando a la construcción, no a la destrucción, y al trabajo cotidiano que millones y millones de argentinas y argentinos hacen todos los días cuando salen de su casa muy temprano por la mañana y regresan muy tarde, con la satisfacción muchos de haber recuperado un trabajo, otros de haber mejorado su salario y seguramente todos con la ilusión de que con esfuerzo y trabajo vamos a seguir cambiando a la Argentina. Pese a los que les molestan estos cambios, aunque también los han disfrutado, inclusive muchos de los que parecen los críticos más acérrimos son tal vez los que más han disfrutado del crecimiento en la producción, en la exportación y en la riqueza general de la República Argentina.
Creo que hay tener el deber de todo gobernante, señor Ministro, no enojarse, el deber de todo gobernante es seguir trabajando, porque en definitiva para enojarse están los que tienen tiempo de eso. Los que tenemos que estar trabajando por la responsabilidad en la vida cotidiana de todos los argentinos, no solamente no tenemos tiempo sino que tampoco tenemos derecho a enojarnos sino a hacer esto, seguir trabajando como lo estamos haciendo en el día de la fecha.
Muchísimas gracias y tengan todos ustedes muy buenos días. (APLAUSOS)
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