Discurso de la presidenta Cristina Fernández en la inauguración de un centro comunitario. !
martes, 05 de febrero de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER EN SU VISITA A LA LOCALIDAD DE MÁXIMO PAZ, PARTIDO DE CAÑUELAS
Muy buenas tardes a todos y a todas.
Me encanta verlos así, sentirlos así, además a todos y a todas tan próximos, me gusta esto de la familia rodeando un lugar, un lugar que es común y que es social como este Centro Integrador.
Yo quiero contarles la historia, porque la de este Centro empezó con la cooperativa de los trabajadores del barrio construyéndola con la política implementada desde la Nación. Pero, en realidad, la historia de este CIC empezó hace muchos años y muy lejos de aquí.
Empezó en Río Gallegos cuando un joven -era muy joven todavía- santacruceño fue elegido intendente de Río Gallegos. Junto a nosotros, estaba ella, Alicia, que no empezó una tarea social cuando a Kirchner lo hicieron intendente.
Ella empezó desde muy jovencita con una vocación muy fuerte -yo no la conocía, la conocí después cuando lo conocí a él- y trabajaba allá, en los barrios de aquella Santa Cruz tan diferente a la hoy, no incorporada, digamos, a la civilización como podríamos decir, sino absolutamente alejada de todo como estaba la Patagonia, olvidada, casi era como el patio trasero de la Patria.
La idea de ella era que la acción social no podía ser asistencialista y estar en el centro de la ciudad esperando que el que tuviera un problema viniera allí; al contrario, había que ir al barrio, había que ir junto a la gente, pero no solamente asistirla en un primer momento cuando llegábamos y faltaban cosas, sino que había que ir a organizar a la sociedad, a promover a la sociedad para que la gente no esperara todo del otro, sino que además, organizándose, capacitándose y promocionándose pudiera hacer también ella frente a las adversidades que tantas veces nos plantea la vida.
Así comenzaron los CENINES, centros integradores, adonde uno podía en el barrio tener la actividad de atención primaria de la salud, de guardería infantil, de centro de actividad, de apoyo a los chicos que, por ejemplo, tenían problemas en el colegio y, en definitiva, ir organizando a la sociedad en torno a sus necesidades concretas, a su vida cotidiana.
Cuando hoy llegué aquí y me empezaron a mostrar, me he dado cuenta que la señora se ha superado porque estos centros integradores ya no tienen organizadas sus actividades como en aquellos momentos desde el centro del Estado, de la municipalidad, sino que por el contrario, se han conformado en cada uno de ellos grupos del propio barrio, de la propia comunidad que son los que dirigen y planifican las actividades que tiene que tener el Centro Integrador, el CIC. Es entonces cuando se cumple esa etapa que yo defino como la más importante: organizar a la sociedad.
Nosotros tenemos que ser los intermediarios, los que en definitiva, elegidos por el voto popular, ayudemos no solamente en la asistencia directa al que tiene el problema, sino también ayudemos a organizarse a la sociedad para que, en definitiva, no dependan nada más ni nada menos que de ellos mismos, sin que importe el partido, el color o la ideología del que gobierna el municipio, la provincia o la nación, sino que lo importante sea que todos y cada uno de ustedes se pueda organizar de acuerdo con sus propias necesidades y siempre tendiendo una mano solidaria al que más lo necesita.
Porque uno siempre piensa que su problema es el más terrible y es el que merece la atención de todos, pero en estos espacios, donde uno vuelve a reconstruir los vínculos de solidaridad que los argentinos habíamos perdido, es cuando muchas veces advierte que su problema -que es un problema- tal vez no sea tan grave como el del otro y, entonces, tomen entre todos los vecinos la decisión de cuál es el problema más grave y cuál es el que se atiende primero.
Esta forma de organización, esta forma de construir decisiones sociales es la que, en definitiva, hace crecer a las sociedades y hace mejores hombres y mejores mujeres a todos y cada uno de nosotros. Porque, en definitiva, cuando cada uno, cuando cada ciudadano, cuando cada ciudadana es un poco mejor, no tengan dudas que están construyendo una sociedad mejor. Y de esto se trata, de ir construyendo mejor sociedad, mejor vida, mejor comunidad, mejor provincia, mejor país.
Para eso estamos hoy aquí y también ustedes acompañando esto que no es de ningún gobierno, es de ustedes. Ustedes lo construyeron, ustedes lo planifican, ustedes lo ejecutan.
Esa es la verdadera tarea de promoción social y de acción social, dignificando a todos y cada uno y, sobre todas las cosas, porque también ayuda a que cada uno ocupe el lugar que él mismo se ha ganado, que nadie le ha regalado. Nunca es bueno que regalen cosas, salvo para los cumpleaños. Es lindo que en los cumpleaños nos regalen algo.
Es más, Intendente, yo dentro de pocos días cumplo años y quiero un tarro de dulce de leche porque me acabo de enterar que a Daniel le regalaron pero a mí no. Y a mí el dulce de leche me encanta y sé que esta es la Capital del Dulce de Leche. Así que, la próxima vez que venga, además de la Adolfina, un tarro de dulce de leche.
Muchas gracias, mucha fuerza y a seguir trabajando como lo están haciendo. (APLAUSOS)
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