Cristina Fernández de Kirchner 6 de Diciembre del 2007
Gracias, muchas gracias, buenas noches a todos y a todas: en este lugar, como recién decía Jorge (se refiere a Jorge Telerman), tan caro a los sentimientos y a la historia de todos los argentinos, aquí, junto a las Madres y a las Abuelas, dueñas de la otra plaza, de la que está del otro lado, de la Plaza de Mayo, pero en definitiva frente a la casa de todos los argentinos, la Casa Rosada, que es el símbolo de la política también en la República Argentina.
Esta plaza que hoy inauguramos, junto a las obras de readecuación y de restauración de la Casa Rosada, creo que es la tarea final de otra que empezamos o que usted empezó Presidente, el 25 de mayo de 2003, y que fue reconstruir esto, que está mis espaldas, no solamente en lo edilicio, que puede parecer, tal vez, lo formal, lo estético, lo urbanístico, sino que usted reconstruyó esa casa, desde los cimientos dándole política nuevamente a esa casa y colocando el centro de la decisión del Poder Ejecutivo allí, como un símbolo.
Esa reconstrucción, que volvió a resituar a la política como el escenario sobre el cual se tomaban las decisiones en la República Argentina fue, creo, la reconstrucción más importante, la más simbólica. Porque durante mucho tiempo muchos argentinos, la inmensa mayoría, sentía que quienes llegaban a este lugar, en virtud del voto popular, luego, no tenían o por cobardía o por corrupción o por lo que fuere, no importaban, no tenían el lugar de decisión central en la República. Y usted volvió, creo, a reconstruir esa casa como símbolo de todos los argentinos, de los que lo votaban y de los que no lo votaban también, pero que todos sabían que el hombre que estaba allí, en nombre de la democracia, tomaba las decisiones en base a sus ideales y convicciones. Eso es volver a relocalizar la política en el centro de la escena: ideas y convicciones. (APLAUSOS).
Y como no podíamos ser menos, además, creo que también la resituamos estética y urbanísticamente como corresponde, como corresponde también porque es una forma de honrar los lugares, cuidarlos, amarlos, quererlos y que puedan ser admirados y disfrutados, como recién decía Jorge, no solamente por nosotros, los argentinos, sino también por los que vienen y nos visitan. Esto también es un símbolo frente a los extranjeros, frente al turismo, frente a los que se acercan aquí.
Yo sueño con que también en este lugar podamos recibir a jefes extranjeros, a delegaciones extranjeras para que la Casa Rosada atrás, sea el símbolo de todos los argentinos, el símbolo de la República Argentina, la casa común de todos nosotros.
Por eso, quiero agradecer al señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires toda la tarea conjunta que hemos realizado y quiero decir que esta es una primera etapa, porque también, a muy pocos meses del Bicentenario de la luchas por la emancipación nacional, también vamos a reconstruir el viejo edificio del Correo para unirlo conjuntamente en un espacio público y común.
Los argentinos en pocos meses más, en dos años, vamos a cumplir doscientos años, Bicentenario de las luchas por la emancipación nacional y creo que, en el marco de lo que denomino este proyecto iniciado el 25 de mayo de 2003, esta generación hará honor a ese Bicentenario con la construcción de lo que hemos denominado tal vez “la segunda emancipación nacional” que tiene por objeto, fundamentalmente, reconstruir la confianza en nosotros mismos para lograr una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, con memoria, con verdad y con justicia.
¡Qué Dios lo quiera y así sea!
Muchas gracias. (APLAUSOS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario