Inauguración del Jardín Abuelas y Madres de Plaza de Mayo en París !
lunes, 07 de abril de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA PLAZA "EL JARDÍN DE LAS ABUELAS Y MADRES DE PLAZA DE MAYO EN PARIS"
Señor alcalde de la ciudad de París, amigos y amigas que hoy se han acercado aquí: quiero comentarles que allá por el año 2003, cuando me tocó acompañar aquí a París al entonces presidente Néstor Kirchner, el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac, interrogó, preguntó al presidente de mi país acerca de porqué quienes habían sido responsables por la muerte y desaparición de las monjas francesas aún seguían en libertad. Decía entonces el Presidente que el pueblo francés, la sociedad de Francia no puede entender que asesinos estén en libertad.
A casi 5 años de aquella oportunidad, las instituciones de mi país, la República Argentina, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, cada uno en el ámbito de sus competencias, han derribado el muro de impunidad que se había construido en la República Argentina a través de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los indultos.
Me tocó sancionar en mi banca de senadora de la Nación, la anulación de las leyes de la vergüenza y en aquella oportunidad sostuve, tal cual lo ha hecho hace unos instantes el alcalde de París, que los derechos humanos, su vigencia irrestricta, su respeto incondicional, no pueden ser planteos de derecha o de izquierda, no son planteos ideológicos, son simplemente eso, respeto a la condición humana, que nos universaliza más allá de nuestras pertenencias ideológicas o partidarias.
Pero todos los aquí presentes sabemos que la historia, la política, no es algo que empieza cuando uno llega, cuando llega un gobierno, pudimos llegar a este instante en la República Argentina precisamente por la tarea de mujeres que con un pañuelo blanco en la cabeza enfrentaron lo que nadie se había atrevido en la República Argentina, la dictadura más sangrienta que tuvo lugar. Y lo hicieron mujeres que no venían de la política, mujeres como Estela, como Marta, la mayoría de ellas que nunca habían participado en ninguna actividad política y sin embargo, con la fuerza que solemos tener las mujeres cuando sentimos la agresión, no ya solamente sobre nuestros hijos sino sobre toda la sociedad, con una fortaleza y un valor inclaudicable salieron a la calle cuando nadie lo hacía. El presidente Kirchner sostuvo alguna vez que nosotros los argentinos y nuestra democracia somos hijos de la Madres de Plaza de Mayo y también de las Abuelas. (APLAUSOS)
Y realmente los sentimos de esa manera, aquí en París, la cuna de la libertad, porque de aquí salieron las ideas que insuflaron los cambios del siglo XVIII y XIX, de las transformaciones que, de un punto a otro del mapa universal, recorrieron la tierra.
Quiero contarles que ayer, amigos y amigas de París, que cuando acompañaba a Astrid Betancourt recorriendo las calles, reclamando la libertad de Ingrid y los demás rehenes en Colombia, sentí más allá de las convicciones personales que mueven personalmente a hacerlo, que estaba devolviendo algo de todo lo que Francia y París habían hecho por los argentinos durante la dictadura.
Yo quiero agradecer al alcalde de París, a los representantes de París, el honor que le confieren a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que no lo duden es una distinción y un honor que los argentinos tomamos como país, no solamente como una distinción a mujeres que han luchado tanto por la libertad y la democracia.
Y quiero también reconocer en ellas el valor humano que luego de décadas de pedir, de pedir y de pedir, nunca haber caído en un solo gesto de violencia, nunca un gesto de venganza; jamás, sólo pedir inclaudicablemente, tenazmente, tercamente: memoria, verdad y justicia. (APLAUSOS)
Quiero señor Alcalde hacerme cargo también de las palabras que usted pronunciara en cuanto a la necesidad de que Francia y la República Argentina, hermanadas en la defensa de los derechos humanos, constituyamos una alianza profunda y verdadera precisamente para sostener la vigencia de los derechos humanos a lo largo y a lo ancho de nuestro mundo, un mundo en el cual hay muchas deudas pendientes con el tema de los derechos humanos y que exige un compromiso militante y activo -usted es un militante, yo también- precisamente en esa lucha. (APLAUSOS) Alianza definitiva por la vigencia de derechos humanos y las libertades democráticas.
¡Viva Argentina, viva la República Argentina!Gracias Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. (APLAUSOS)
A casi 5 años de aquella oportunidad, las instituciones de mi país, la República Argentina, el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, cada uno en el ámbito de sus competencias, han derribado el muro de impunidad que se había construido en la República Argentina a través de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los indultos.
Me tocó sancionar en mi banca de senadora de la Nación, la anulación de las leyes de la vergüenza y en aquella oportunidad sostuve, tal cual lo ha hecho hace unos instantes el alcalde de París, que los derechos humanos, su vigencia irrestricta, su respeto incondicional, no pueden ser planteos de derecha o de izquierda, no son planteos ideológicos, son simplemente eso, respeto a la condición humana, que nos universaliza más allá de nuestras pertenencias ideológicas o partidarias.
Pero todos los aquí presentes sabemos que la historia, la política, no es algo que empieza cuando uno llega, cuando llega un gobierno, pudimos llegar a este instante en la República Argentina precisamente por la tarea de mujeres que con un pañuelo blanco en la cabeza enfrentaron lo que nadie se había atrevido en la República Argentina, la dictadura más sangrienta que tuvo lugar. Y lo hicieron mujeres que no venían de la política, mujeres como Estela, como Marta, la mayoría de ellas que nunca habían participado en ninguna actividad política y sin embargo, con la fuerza que solemos tener las mujeres cuando sentimos la agresión, no ya solamente sobre nuestros hijos sino sobre toda la sociedad, con una fortaleza y un valor inclaudicable salieron a la calle cuando nadie lo hacía. El presidente Kirchner sostuvo alguna vez que nosotros los argentinos y nuestra democracia somos hijos de la Madres de Plaza de Mayo y también de las Abuelas. (APLAUSOS)
Y realmente los sentimos de esa manera, aquí en París, la cuna de la libertad, porque de aquí salieron las ideas que insuflaron los cambios del siglo XVIII y XIX, de las transformaciones que, de un punto a otro del mapa universal, recorrieron la tierra.
Quiero contarles que ayer, amigos y amigas de París, que cuando acompañaba a Astrid Betancourt recorriendo las calles, reclamando la libertad de Ingrid y los demás rehenes en Colombia, sentí más allá de las convicciones personales que mueven personalmente a hacerlo, que estaba devolviendo algo de todo lo que Francia y París habían hecho por los argentinos durante la dictadura.
Yo quiero agradecer al alcalde de París, a los representantes de París, el honor que le confieren a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que no lo duden es una distinción y un honor que los argentinos tomamos como país, no solamente como una distinción a mujeres que han luchado tanto por la libertad y la democracia.
Y quiero también reconocer en ellas el valor humano que luego de décadas de pedir, de pedir y de pedir, nunca haber caído en un solo gesto de violencia, nunca un gesto de venganza; jamás, sólo pedir inclaudicablemente, tenazmente, tercamente: memoria, verdad y justicia. (APLAUSOS)
Quiero señor Alcalde hacerme cargo también de las palabras que usted pronunciara en cuanto a la necesidad de que Francia y la República Argentina, hermanadas en la defensa de los derechos humanos, constituyamos una alianza profunda y verdadera precisamente para sostener la vigencia de los derechos humanos a lo largo y a lo ancho de nuestro mundo, un mundo en el cual hay muchas deudas pendientes con el tema de los derechos humanos y que exige un compromiso militante y activo -usted es un militante, yo también- precisamente en esa lucha. (APLAUSOS) Alianza definitiva por la vigencia de derechos humanos y las libertades democráticas.
¡Viva Argentina, viva la República Argentina!Gracias Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. (APLAUSOS)
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