Cristina Fernández de Kirchner 22 de Enero del 2008 ..
Muy buenas tardes a todos y a todas.
Hoy por la mañana estábamos hablando de una obra que debía distinguir a nuestro próximo Bicentenario como es la construcción del Polo Científico Tecnológico en las ex bodegas Giol, también aquí, en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires.
Ahora, esta obra de soterramiento del Sarmiento que creo que la podemos calificar, sin temor a equivocarnos, como una obra del Bicentenario, no solamente por la magnitud en términos económicos, sino por la modificación que importa esencialmente en la trama urbana y, además, en la forma de vincularnos los hombres y las mujeres que vivimos o trabajamos aquí, en la ciudad capital de todos los argentinos.
Esto se suma, en materia ferroviaria, a lo que charlábamos hace unos días con el tren de alta velocidad Buenos Aires-Rosario-Córdoba y la adquisición de prácticamente toda la formación del San Martín que hemos firmado también hace pocos días y que implica creo, sin temor a equivocarnos, una inversión de 180 grados, una situación, un reposicionamiento de la red ferroviaria que los argentinos nos merecemos y que, además, el mundo moderno y desarrollado también tiene en este instrumento muy importante una forma de comunicación altamente modernizada.
Creo que la buena noticia no solamente es esto, sino que además, este tipo de inversiones y de decisiones las venimos haciendo en el marco de una inversión y en el desarrollo de un modelo económico, social y cultural, como a mí me gusta definirlo, que, por ejemplo, ha permitido que este último trimestre los argentinos terminemos con un índice de desocupación -que va a ser comunicado creo que en pocos días más- del orden del 7,5. Argentinos y argentinas, es el registro más bajo en términos de desocupación de los últimos años.
No solamente hemos logrado quebrar la barrera de los dos dígitos en materia de desocupación, lo que nos persiguió y nos hizo sufrir a los argentinos durante más de década y media, sino que además, hemos logrado una reducción aún mayor y cuando uno ve los números, observa que además de ese 7,5, el 3,2 son jefes de hogar y en el orden de los jefes de hogar varones el 2,8. Ustedes saben que una economía con el 4 por ciento se considera prácticamente una economía de plena ocupación y que ese índice refleja simplemente la rotación muchas veces de los trabajos.
Esto nos obliga también a profundizar el esfuerzo por lograr una mayor eficiencia aún, sobre todo en materia de capacitación, en materia de demanda laboral juvenil. La otra cuestión en la cual estamos trabajando fuertemente y en la cual también hace poco tiempo anunciamos, junto al ministro de Trabajo, el doctor Carlos Tomada, un importante financiamiento conseguido en el Banco Interamericano de Desarrollo precisamente para abordar esta problemática que, por supuesto, es de todos los argentinos.
Creo que además esto, sumado a las cifras de crecimiento de las exportaciones, que yo les contaba alguna semana atrás del orden del 20 por ciento respecto del año pasado, al crecimiento de la actividad industrial respecto del año pasado en el 7,5 y de mes a mes en el 9,9, y la actividad económica que hoy acumulamos a un 8,6, nos revela dos cosas: primero, la consistencia de un modelo económico, político y social y, fundamentalmente, un reposicionamiento de nuestras propias ideas y de muchas teorías acerca de cómo debemos afrontar el mundo globalizado.
Fíjense ustedes: en épocas en las cuales se nos decía que estábamos en el primer mundo, prácticamente importábamos todo y teníamos siempre déficit; hoy, con este modelo de alta incorporación pero desde una perspectiva propia también, tenemos superávit gemelos, tenemos un 3,20 -que también lo anunciamos hace muy poco tiempo- en materia de superávit comercial, lo cual nos permite afrontar esta crisis de los mercados que tal vez en algún otro momento hubiera significado un fuerte cimbronazo, una fuerte desestabilización social.
Ustedes saben que la Argentina tenía que recurrir permanentemente al mercado de capitales para poder financiar lo que constituía un déficit estructural y, sin embargo, hoy, frente a esta crisis -¿cómo la podríamos denominar?, “efecto jazz”, porque hasta ahora hemos conocido el “efecto tequila”, el “efecto caipirinha”, según fuera el origen que provocaba el movimiento del mercado, bueno, ahora está en el Norte, en lo que era el modelo, así que podríamos denominarlo “efecto jazz”, en todo caso- creo, argentinos y argentinas, que frente a lo que podríamos denominar el “efecto jazz” que hoy asola al mundo, tenemos frente a ello la consistencia de un modelo donde los argentinos, además de exportar, de construir, estamos dándole forma a una visión y a un modo de inserción propio en este mundo globalizado.
Creo que esto es lo importante y lo podemos hacer también en el marco de abordar un plan de infraestructura, tal vez el más importante de las últimas décadas, como se ha venido desarrollando hasta ahora y que vamos a profundizar con estas obras que son importantes para todos los argentinos.
Yo quiero decirle al señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que hoy nos acompaña, que siempre hemos trabajado con todos los hombres surgidos de la voluntad popular en cada una de las jurisdicciones y en provincias, sean municipalidades o como en este caso la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sin preguntar a qué partido o a qué espacio pertenecen. Creemos en el trabajo, creemos en la articulación de los esfuerzos y en esto tenemos una vida comprometida y vamos a seguir apostando a ello.
También quiero decirle que parte de los inmuebles que tiene el ONABE allí que queda en propiedad, van a ser parte del financiamiento de la propia obra. También si podemos trabajar -y a esto lo invito formalmente aprovechando su presencia- y firmar un acuerdo como estamos firmando con otras jurisdicciones, en cuanto a la administración racional de la energía.
Yo veía el otro día a una organización ambientalista cambiarle las lamparitas al Gobierno de la Ciudad. Me gustaría que podamos hacerlo juntos para que, además desde el espacio público, podamos abordar esa administración racional que creo que lo podemos hacer y muy eficientemente. Usted sabe que la Ciudad de Buenos Aires, por las características de la propia ciudad, tiene un altísimo consumo de energía y creo que lo podemos hacer juntos y no solamente creo, sino que además, debemos hacerlo juntos.
Así que también lo invito no solamente a participar en el soterramiento o en la autopista ribereña o en una mejor administración racional de los inmuebles, sino también de la energía. Estoy segura que lo podemos hacer y creo que es a eso a lo que aspiran todos los argentinos: ver trabajar a los hombres y mujeres que han elegido para que los representen en los distintos estamentos. Esto es lo importante, esto es lo que vale, esto es lo que quiere la sociedad y también nosotros.
Muchas gracias y muy buenas tardes a todos. (APLAUSOS)
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