jueves, 29 de mayo de 2008

Entrega de viviendas en Avellaneda !


Entrega de viviendas en Avellaneda !

Martes, 27 de mayo de 2008

Cristina Fernandez de Kirchner

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE ENTREGA DE VIVIENDAS EN EL PARTIDO DE AVELLANEDA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Gracias. Un presidente, en este caso una presidenta, cumple muchas funciones, tiene que entrevistarse con jefes extranjeros, tiene que recibir empresarios, articular alianzas entre el sector privado y el sector público, en fin, todas las múltiples funciones que puede tener quien ha sido electo, electa en este caso, por el voto popular de todos los argentinos.
Pero permítanme decirles algo, hay momentos como este, hoy aquí en Avellaneda, cuando entrego la llave de una vivienda a un argentino o a una argentina que vivía en una villa y que hoy a partir de la gestión de un gobierno vuelve a incorporarse a la trama urbana en una casa digna, en que les puedo asegurar que me siento más que nunca presidenta de todos los argentinos. (APLAUSOS)
¿Y saben por qué? Por dos cosas; una, porque nadie nace eligiendo ser pobre o vivir en una villa, otros sí eligen ser empresarios, mandatarios, ejecutivos o lo que fueren. ¿Pero saben qué? El compromiso del corazón, de alguien que ha militado en política toda la vida, está junto a los que no eligieron la vida que tienen y que es entonces, desde la gestión de un gobierno, desde el Estado, donde estamos ante la responsabilidad política y moral de reparar esa injusticia de vivir una vida que no se quiere y que merece ser mejor.
También hay otro momento en que siento y soy presidenta de todos los argentinos, cuando puedo mirar los cascos de los obreros, cuando puedo ver cómo en la Argentina miles de argentinos que allá por el año 2003 cortaban calles o puentes aquí en Avellaneda, de triste y trágica memoria, hoy ya no están en los puentes ni cortando las calles, sino que visten cascos amarillos o están en un taller o en un comercio, en fin, han vuelto a recuperar el trabajo.
Y digo entonces que me siento presidenta de todos los argentinos cuando puedo asegurar que estamos trabajando para que todos y cada uno vuelva a tener casa y trabajo, que son los grandes organizadores de la vida, de las sociedades y de las familias. Lo saben las mujeres, esas jefas de hogar que se quedaron al frente de la casa cuando el compañero no tenía trabajo, los hombres aguantan menos la indignidad de la falta de trabajo porque están casi por una cuestión cultural acostumbrados a parar la olla, es signo también de hombría y cuando lo pierden se cae todo y se desune la familia.
Por eso cuando recién el intendente de Avellaneda contaba con orgullo cómo habían inaugurado hace poco tiempo un gran centro que va a generar 400 puestos de trabajo, cómo en Avellaneda cuando él termine su gestión no va a haber más ninguna villa sino que todos van a vivir en casas incorporadas a la trama urbana y a la ciudad. (APLAUSOS); cuando anunciaba los más de 500 millones de pesos puestos el año pasado por el Gobierno nacional aquí, en un municipio, no en toda la provincia o en el Conurbano, no, en un solo municipio, uno dice entonces que la redistribución del ingreso no sólo es un discurso en la República Argentina, sino una realidad cotidiana. Y ese debe ser el compromiso de quienes gobernamos en nombre del pueblo con el cual hemos hecho un compromiso desde muy jóvenes, no para renegar del resto de la sociedad, sino al contrario, porque estamos convencidos de que logrando el ascenso social de todos, la cohesión social de la sociedad, vamos a poder generar entonces más y mejor riqueza, porque todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas argentinas van a volver a sentirse parte de este país.
Hubo un momento, hubo un instante en la vida de los argentinos en el que muchos se sintieron extranjeros en su propia tierra; sentían que habían sido olvidados y que a nadie le importaba. Y díganme si hoy, este nuevo orgullo de pertenecer y ser argentinos, no es tal vez una de las cosas más importantes que hemos logrado en estos años en que estamos juntos.
Yo quiero hoy aquí, junto a todos ustedes, hacer el compromiso de todos nosotros de trabajar codo con codo, brazo con brazo, porque todavía hay muchos argentinos que no tienen trabajo, todavía hay muchos argentinos que no tienen casa, todavía hay argentinos que necesitan ir al colegio para tener un plato de comida.
Hemos avanzado mucho, hemos logrado que la mayoría de los pibes vuelvan al colegio a estudiar no a comer y los maestros a enseñar y no a cocinar, pero todavía falta, y como todavía falta es imprescindible que todos y sobre todo los que más tienen comprendan que aún falta mucho por hacer en este nuestro país la República Argentina. (APLAUSOS)
Pero como somos optimistas por naturaleza trabajamos todos los días para cambiar la realidad; la realidad no se cambia con discursos o palabras, se cambia con trabajo y con recursos. Con trabajo solo tampoco alcanza, necesitamos recursos para construir más casas, más pavimentos, más cloacas, más agua potable, para ser más igual la Argentina. No porque todos seamos iguales, no somos todos iguales, habrá algunos que les gustará trabajar más o menos, con más o menos inteligencia, más o menos talento, pero lo que estamos obligados a darles a todos los argentinos sin excepción, son las mismas oportunidades para crecer, para desarrollarse, para tener trabajo, estudio, casa, presente y futuro. Ese debe ser el compromiso de todos. (APLAUSOS)
Yo quiero felicitar a todos los que hoy tienen su nueva casa. Tal vez es muy difícil imaginar, para los que siempre han tenido una casa y nunca tuvieron que preocuparse de si va a alcanzar la plata para el alquiler, si los van a desalojar o dónde van a dormir, tal vez les parezca un acto más. Pero para el que le faltó la casa, para el que no sabía si le alcanzaba para pagar el alquiler y entonces desalojaban a toda la familia, tener una casa es empezar una nueva vida. Y a todos los que hoy empiezan a tener una nueva vida quiero abrazarlos muy fuerte sobre mi corazón y pedirles perdón en nombre de todos los argentinos por no haberlo podido hacer antes. En nombre de todos los argentinos, perdón por haber tardado tanto. (Aplausos)
Quiero finalmente referirme a un tema que también es y ha sido uno de los ejes de este Gobierno, de este proyecto que nació un 25 de Mayo del año 2003. Hoy en la ciudad de Córdoba comienza el juicio oral y público al ex general Menéndez, responsable de violaciones, torturas, desapariciones, asesinatos, violación en masa a los derechos humanos de los argentinos. Quiero en nombre de todos los argentinos felicitar a las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, luchadoras inclaudicables, como ejemplo de las luchas cívicas. (Aplausos) Más de 30 años pidiendo y reclamando, nunca un acto de violencia, nunca una amenaza, nunca un ejercicio de intolerancia hacia el otro, y eso que no les habían cobrado un impuesto, no les habían pedido dinero, les habían quitado a los hijos. Y sin embargo, durante 30 años la dignidad del reclamo cívico y democrático es ejemplo incontrastable de la Argentina que tenemos todavía que construir, más tolerante, más democrática y más respetuosa. Ellas son el ejemplo. (Aplausos)
Y ese genocida que hoy comienza a ser juzgado por los jueces de la Constitución y con las leyes de la Constitución es también un ejemplo del país que hoy somos, tiene la oportunidad que no tuvieron miles y miles de argentinos. Y esto también debe ser celebrado, construir una sociedad democrática, tolerante, respetuosa de las leyes y de los derechos de todos, aún de los que violan los derechos de los demás, es el país en el que quiero vivir y que merecen todos los argentinos vivir. (Aplausos)
Por eso quiero hoy, en este día de mucha alegría para tantos argentinos, aunque tal vez no sea un motivo de alegría porque mejor hubiera sido que esto no ocurriera, que sea por lo menos un momento de reconciliación, con la memoria, con la verdad y con la justicia.
Muchas gracias Avellaneda, muchas gracias Cacho, muchas gracias a todos y a todas, los llevo a todos muy dentro de mi corazón.

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