La Presidenta durante su discurso en la firma de convenios con el jefe de Estado de Lituania
Palabras de la Presidenta en el almuerzo con el presidente de Lituania
viernes, 18 de julio de 2008
viernes, 18 de julio de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER EN EL ALMUERZO OFRECIDO EN HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE LITUANIA, VALDAS ADAMKUS
Señor presidente de la República de Lituania, su señora esposa que lo acompaña, comitiva y señores empresarios que integran esta delegación que hoy nos visita a los argentinos: queremos darles la bienvenida a un país como la República Argentina, no tenemos ningún puerto que tenga hielos, como recién nos contaba él como una oportunidad sobre esos puertos en su país que no tienen hielo, pero tenemos para ofrecer también a los empresarios lituanos y a todos aquellos que quieran venir a la Argentina un país pletórico de oportunidades de negocios, no solamente de carácter económico sino también de carácter turístico, de carácter cultural, porque, como bien decía el señor Presidente, las vinculaciones entre los pueblos no solamente son económicas.
Yo creo sinceramente que pese a que el comercio, como bien lo destacaba el señor Presidente, el intercambio, no sea tan importante o no tenga demasiado volumen frente a otros, los valores sobre los que hemos departido hoy por la mañana en el encuentro que mantuvimos en cuanto al amor a la libertad de expresión, de pensamiento, a la vida democrática, el amor a la cultura, a que la gente pueda expresarse libremente, sin presiones, sin amenazas y sin temores, en un mundo cada vez más intolerante y más hostil, creo que es una vinculación muy profunda y seguramente muy fructífera, que va a dar lugar a que también podamos profundizar aún más nuestras relaciones económicas. No solamente porque sea la República Argentina el segundo país en importancia en residentes lituanos fuera de su país de origen, sino porque además tal vez ambos países, señor Presidente, tuvimos experiencias totalitarias, donde las libertades estaban restringidas, cuando no suprimidas, y cuando no solamente se restringía o se suprimía la libertad de pensamiento y de ambular, sino también hasta la vida.
A todas las sociedades que han sufrido experiencias similares las unen vivencias y valores comunes particulares pero al mismo tiempo muy universales. Un profundo amor por la vida y por la libertad, que creo son los dos valores más identificables en la condición humana y que nos universalizan a todos.
Hoy para nosotros los argentinos es un día en el cual tenemos un triste aniversario, que es la voladura de la AMIA. La veo desde aquí a Estela Carlotto que estuvo hoy por la mañana, Carlotto es la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, una valerosa mujer argentina que sigue buscando a su nieto desaparecido y a los de las demás abuelas, 500 chicos nacidos en cautiverio, de los cuales solamente conocemos y tenemos aproximadamente 90. Y creo que tal vez es un testimonio en doble sentido, testimonio de los que nos pasó, pero también de lo que somos capaces de hacer para sobreponernos a los que nos pasó. Porque cuando uno tiene la terrible tragedia de perder la vida de un hijo en manos de un régimen totalitario, sobreponerse a eso, y en lugar de tener una actitud de agresión tener una actitud positiva, de ayuda y de cooperación, es esencialmente un aprendizaje que una sociedad hace acerca de sus propias tragedias y de sus propios dolores.
Seguramente, porque he escuchado muy atentamente esta mañana su valoración de la democracia, su orgullo de participar en Naciones Unidas, un país como el suyo que tiene apenas mil años, va a cumplir ahora su aniversario, realmente nos debe llevar a todos a la reflexión acerca de valores comunes y universales entre los pueblos que deben ser defendidos sin ningún tipo de cortapisas ni restricciones. En esto gracias por el reconocimiento que usted hace a mi país por nuestra lucha por los derechos humanos, que no es por cierto el logro de un gobierno ni de una gestión en particular, sino un logro de toda la sociedad argentina, como seguramente es un logro de toda la sociedad de Lituania el hecho de poder ahora vivir en libertad, en democracia, y con orgullo estar incorporados a Naciones Unidas.
Por eso creo que este comercio va a fructificar mucho más todavía, porque estos son los valores, estas son las identidades. Y después de toda esa comunidad y comunión de valores e identidades viene lo otro, lo que son también excelentes oportunidades de negocios en un país con una multiplicidad de actividades, con una economía absolutamente diversificada, lleno de oportunidades, que ha logrado también recuperarse de una situación muy difícil y que hoy ofrece, por numerosas variables macroeconómicas, ventajas absolutamente competitivas frente a otras economías para su inversión.
Señor Presidente: muchas gracias por el homenaje que le ha hecho a nuestra cultura, el recordatorio de Xul Solar, de Julio Cortazar, ese excelente escritor, irrepetible "Autopista del Sur", es mi preferida. Muchas gracias por estar aquí con nosotros, a usted y a su señora esposa.
Voy a brindar por la República de Lituania, por su libertad, por su democracia, y porque como usted bien lo dijo hace unos instantes, este sea el inicio de una cada vez más fructífera relación. Salud.
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