Palabras de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en el acto en el Club Deportivo “La unión”, en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco !
lunes, 25 de agosto de 2008
Gracias, buenas noches a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Chaco, querido "Coqui" Capitanich; señor Gobernador de la provincia de Santa Fe; señor Gobernador de Formosa; señora vicegobernadora de Santiago del Estero; señor vicegobernador de la hermana provincia de Corrientes; señor vicegobernador del Chaco; amigos y amigas: quiero decirles que hoy ha sido un día muy especial, no solamente por el calor y por el viento norte, que para una pingûina como yo es muy fuerte, que hoy por la tarde, cuando fuimos a entregar material de lectura y todas las computadoras una escuela, de nuestras comunidades originarias, que habíamos inaugurado en el mes de diciembre, en el plan de 700 escuelas, y pude ver al lado, la vieja escuela, casi una tapera, sentí que realmente, pese a todo lo que todavía nos falta por hacer, habíamos dado un paso más en construir una Argentina y un Chaco mejor para todos: (APLAUSOS).
Hoy, siento inmenso orgullo de venir a poner en marcha el Plan del Algodón, ese cultivo social, como les gusta decir a ustedes los chaqueños, al que necesitamos volver a reposicionar fuertemente en Chaco y toda la región, porque sabemos que es la materia básica prima para agregar valor, para transformar en trabajo para los argentinos y para los chaqueños, lo que necesitamos imperiosamente lograr que todos los argentinos tengan trabajo, cada vez mejor remunerado, cada vez más digno.
También venimos a poner en marcha obras de infraestructura y a ponernos de acuerdo, aquí, en una fantástica reunión, que tuve con distintos sectores económicos representativos de la provincia, recién, y con el Gobernador en trabajar juntos para construir y diseñar con participación provincial y nacional el Acta de Reparación Histórica para Chaco, de la misma manera, que hace años atrás, lo hizo otro ex presidente con la hermana y querida provincia de Formosa. (APLAUSOS)
¿Y por qué? Porque hay una deuda histórica del país con el NEA y con el NOA argentinos, pero fundamentalmente con el NEA donde, por esos raros pensamiento de gobiernos antidemocráticos, se planteaba como hipótesis de conflicto el Brasil. Y entonces el NEA no tuvo ni gasoducto, ni rutas, ni nada que pudiera poner en competitividad a una zona, a una región que tiene mucho y le ha dado mucho al país y que tiene mucho más aún para ofrecer; la hidrovìa, queremos poner en marcha el Puerto de Barranqueras. Por eso necesitamos la ley para la hidrovìa, que le de más competitividad a toda la región y que nos permita extender hasta Asunción del Paraguay las fronteras agropecuaria; las obras cloacales para aquí para esta querida ciudad de Sáenz Peña.
Es la segunda vez creo que vengo aquí; la primera vez fue hace muchísimos años. Les juro hacía tanto calor, como hoy, cuando vine, pero les juro que en aquella oportunidad ni siquiera pasaba por mi cabeza que podría llegar a ser Presidenta de la República Argentina. En aquella oportunidad, estaba recorriendo el país, creo que el tema eran los hielos continentales y también contarles a muchos argentinos, aquí, las ideas que teníamos argentinos y argentinas que militábamos desde muy jóvenes y que creíamos que otra Argentina era posible, pese a que nos habían dicho que se había terminado las ideas y que había llegado el fin de la historia.
Nosotros obstinados y empecinados sosteníamos que era posible construir un país diferente, una sociedad más justa, más equitativa, más igualitaria, una Argentina en la cual los argentinos volviéramos a concebir al trabajo y a la producción como los ejes centrales del crecimiento, una Argentina donde cada uno de nosotros en forma solidaria pudiera tenderle la mano al otro, una Argentina en la cual el individualismo, en un mundo diría, tampoco creamos que estas cosas que nos pasan nos sucedieron a nosotros solos, todavía siguen pasando en muchos lados, donde envueltos en las banderas del neoliberalismo siguen afirmando que el mercado todo lo soluciona y que la volunta y la política no pueden transformar a la economía. Nosotros decimos que no, que es al revés, que es la política la que decide la economía, que es la política la que construye virtuosamente las ideas, la administración y la distribución del ingreso. (APLAUSOS).
¿Y saben qué? Tengo el orgullo de pertenecer a este proyecto político, que instaló la idea de que la equidad no es incompatible con la correcta administración de los recursos. Al contrario, hemos administrado mucho mejor que aquellos que planteaban que el mercado todo lo solucionaba, que la política no servía. (APLAUSOS). Y por eso hemos podido desarrollar un plan de infraestructura económica y social, que ha permitido sostener un crecimiento económico, que se acerca a su sexto año, y que va a ser el crecimiento económico más importante de nuestros 200 años de vida. (APLAUISOS).
Y la verdad no es porque seamos genios, no, ni más inteligentes que los otros, tampoco. ¿Saben qué? Creemos en nosotros mismos, creemos en los argentinos, en nuestras posibilidades. Sabemos que todo depende de nuestro propio esfuerzo, de nuestro propio sacrificio. Y lo digo en esta tierra, suelo de inmigrantes y tierra también de pueblos originarios, que todo lo construyeron con su esfuerzo, con su trabajo, que están acostumbrados a trabajar de sol a sol, como recién decía el Gobernador, y a trabajar optimistas y felices para encarar el nuevo día. Y tal vez por haber sido olvidados durante tanto tiempo, por haber sido ignorados durante décadas, tal vez, tendrían razones para ser pesimistas o agresivos.
Y sin embargo no, aquí están, poniéndole el hombro y seguir poniéndoselo a un proyecto que junto a ustedes va a seguir transformando el país con el gasoducto del noreste, el acueducto que ahí veo, las obras que el Chaco necesita y también la articulación entre lo público y lo privado. (APLAUSOS)
Déjenme contarles algo. Hace unos instantes acabo de tener una reunión organizada por el Gobernador con los principales referentes del mundo económico de aquí de la Provincia, productores, comerciantes, propietarios de frigoríficos, de madereras, y creo que lo más importante ha sido no solo el intercambio de ideas, de opiniones, sino la convicción, con nuestras diferencias, con nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos. Porque también tenemos que acostumbrarnos a que no acordar no significa tener que pelear o enfrentarse, sino que significa, como yo les decía hace unos instantes, que cada uno que representa un sector tiene que saber que quien les habla, en este caso la Presidenta de la República, representa los intereses de todos los argentinos y de todos los sectores. (APLAUSOS) Y entonces, cuando una toma una decisión, lo hace con esa mirada abarcativa del conjunto, pero también con esa mirada conceptual de que nuestra responsabilidad como dirigentes políticos es tomar aquellas decisiones que apuntalen a los sectores más vulnerables y a sostener el crecimiento de la economía para que siga generando puestos de trabajo.
Pero les decía que la conclusión, tal vez la más importante a la que habíamos arribado, era la convicción de todos los que allí estábamos de que nada se podrá hacer enfrentando lo público con lo privado y que todo se podrá hacer articulando el esfuerzo del Estado, de los productores, de los empresarios, de los trabajadores, de los comerciantes. Esta es la clave, argentinos, entender que eso que nos contaron, que el mercado todo lo solucionaba, lo hemos aprendido en carne propia todos y que era una mala lección porque era una lección que, en realidad, escondía otros intereses, intereses que tal vez no se podían contar. (APLAUSOS)
Yo siempre digo que las ideas que tengo las puedo contar, podrán o no ser compartidas, pero las puedo contar. Hay que cuidarse de aquellos sectores que no cuentan las verdaderas ideas y todo lo esconden a través de clisés como el mercado, etcétera.
Me parece que lo importante es advertir el esfuerzo que todos tenemos que hacer para poder crecer económicamente y hacerlo en armonía y equilibrio para lograr cohesión social.
¿Saben qué? La cohesión social no es un concepto ético ni moral, al contrario, es un concepto económico. Porque si nosotros logramos cohesión social a través de una buena distribución del ingreso y un equilibrio y una armonía entre los sectores del capital y del trabajo, vamos a lograr una sociedad más integrada y una sociedad que tiene más trabajo, mejores salarios, más oportunidades, más educación, más salud, más innovación tecnológica, es una sociedad que sigue produciendo y generando riqueza.
Esta es la lección que tenemos que aprender los argentinos: saber que nadie se salva solo, que no puede haber riqueza extraordinaria para un sector y miseria para el resto. Eso no puede seguir siendo en la Argentina, necesitamos justicia, equidad. (APLAUSOS)
También, claro que sí, ese fue otro de los problemas que muchas veces se esconde a través de algunos ruidos estentóreos. Siempre lo digo, no nos van a perdonar nunca nuestra política de derechos humanos. (APLAUSOS) Pero quiero decirles que estoy orgullosa, como argentina y como militante de un partido democrático y popular, de esta política de derechos humanos que le da la oportunidad a quienes torturaron, asesinaron y desaparecieron que ellos no le dieron a otros, ser juzgados por las leyes y los jueces de la Constitución. (APLAUSOS)
Esto habla de una sociedad profundamente democrática, de una sociedad que cree en las instituciones, de una sociedad que tiene calidad institucional. Porque, argentinos, sin derechos humanos, sin dignidad, sin distribución del ingreso no hay calidad institucional que valga. Las instituciones tienen que ser llenadas de contenido, de pueblo y de justicia para construir el país que todos queremos y nos merecemos.
Chaco: gracias por este día, gracias por tanto afecto, gracias por tanto cariño, gracias por tanto amor, se necesita. Cuando nos tocan, cuando nos dan un beso, cuando nos tienden la mano, quiero decirles que nos están transmitiendo toda la energía y toda la fuerza que se necesita para cambiar el país.
Gracias de corazón, gracias. (APLAUSOS)
Hoy, siento inmenso orgullo de venir a poner en marcha el Plan del Algodón, ese cultivo social, como les gusta decir a ustedes los chaqueños, al que necesitamos volver a reposicionar fuertemente en Chaco y toda la región, porque sabemos que es la materia básica prima para agregar valor, para transformar en trabajo para los argentinos y para los chaqueños, lo que necesitamos imperiosamente lograr que todos los argentinos tengan trabajo, cada vez mejor remunerado, cada vez más digno.
También venimos a poner en marcha obras de infraestructura y a ponernos de acuerdo, aquí, en una fantástica reunión, que tuve con distintos sectores económicos representativos de la provincia, recién, y con el Gobernador en trabajar juntos para construir y diseñar con participación provincial y nacional el Acta de Reparación Histórica para Chaco, de la misma manera, que hace años atrás, lo hizo otro ex presidente con la hermana y querida provincia de Formosa. (APLAUSOS)
¿Y por qué? Porque hay una deuda histórica del país con el NEA y con el NOA argentinos, pero fundamentalmente con el NEA donde, por esos raros pensamiento de gobiernos antidemocráticos, se planteaba como hipótesis de conflicto el Brasil. Y entonces el NEA no tuvo ni gasoducto, ni rutas, ni nada que pudiera poner en competitividad a una zona, a una región que tiene mucho y le ha dado mucho al país y que tiene mucho más aún para ofrecer; la hidrovìa, queremos poner en marcha el Puerto de Barranqueras. Por eso necesitamos la ley para la hidrovìa, que le de más competitividad a toda la región y que nos permita extender hasta Asunción del Paraguay las fronteras agropecuaria; las obras cloacales para aquí para esta querida ciudad de Sáenz Peña.
Es la segunda vez creo que vengo aquí; la primera vez fue hace muchísimos años. Les juro hacía tanto calor, como hoy, cuando vine, pero les juro que en aquella oportunidad ni siquiera pasaba por mi cabeza que podría llegar a ser Presidenta de la República Argentina. En aquella oportunidad, estaba recorriendo el país, creo que el tema eran los hielos continentales y también contarles a muchos argentinos, aquí, las ideas que teníamos argentinos y argentinas que militábamos desde muy jóvenes y que creíamos que otra Argentina era posible, pese a que nos habían dicho que se había terminado las ideas y que había llegado el fin de la historia.
Nosotros obstinados y empecinados sosteníamos que era posible construir un país diferente, una sociedad más justa, más equitativa, más igualitaria, una Argentina en la cual los argentinos volviéramos a concebir al trabajo y a la producción como los ejes centrales del crecimiento, una Argentina donde cada uno de nosotros en forma solidaria pudiera tenderle la mano al otro, una Argentina en la cual el individualismo, en un mundo diría, tampoco creamos que estas cosas que nos pasan nos sucedieron a nosotros solos, todavía siguen pasando en muchos lados, donde envueltos en las banderas del neoliberalismo siguen afirmando que el mercado todo lo soluciona y que la volunta y la política no pueden transformar a la economía. Nosotros decimos que no, que es al revés, que es la política la que decide la economía, que es la política la que construye virtuosamente las ideas, la administración y la distribución del ingreso. (APLAUSOS).
¿Y saben qué? Tengo el orgullo de pertenecer a este proyecto político, que instaló la idea de que la equidad no es incompatible con la correcta administración de los recursos. Al contrario, hemos administrado mucho mejor que aquellos que planteaban que el mercado todo lo solucionaba, que la política no servía. (APLAUSOS). Y por eso hemos podido desarrollar un plan de infraestructura económica y social, que ha permitido sostener un crecimiento económico, que se acerca a su sexto año, y que va a ser el crecimiento económico más importante de nuestros 200 años de vida. (APLAUISOS).
Y la verdad no es porque seamos genios, no, ni más inteligentes que los otros, tampoco. ¿Saben qué? Creemos en nosotros mismos, creemos en los argentinos, en nuestras posibilidades. Sabemos que todo depende de nuestro propio esfuerzo, de nuestro propio sacrificio. Y lo digo en esta tierra, suelo de inmigrantes y tierra también de pueblos originarios, que todo lo construyeron con su esfuerzo, con su trabajo, que están acostumbrados a trabajar de sol a sol, como recién decía el Gobernador, y a trabajar optimistas y felices para encarar el nuevo día. Y tal vez por haber sido olvidados durante tanto tiempo, por haber sido ignorados durante décadas, tal vez, tendrían razones para ser pesimistas o agresivos.
Y sin embargo no, aquí están, poniéndole el hombro y seguir poniéndoselo a un proyecto que junto a ustedes va a seguir transformando el país con el gasoducto del noreste, el acueducto que ahí veo, las obras que el Chaco necesita y también la articulación entre lo público y lo privado. (APLAUSOS)
Déjenme contarles algo. Hace unos instantes acabo de tener una reunión organizada por el Gobernador con los principales referentes del mundo económico de aquí de la Provincia, productores, comerciantes, propietarios de frigoríficos, de madereras, y creo que lo más importante ha sido no solo el intercambio de ideas, de opiniones, sino la convicción, con nuestras diferencias, con nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos. Porque también tenemos que acostumbrarnos a que no acordar no significa tener que pelear o enfrentarse, sino que significa, como yo les decía hace unos instantes, que cada uno que representa un sector tiene que saber que quien les habla, en este caso la Presidenta de la República, representa los intereses de todos los argentinos y de todos los sectores. (APLAUSOS) Y entonces, cuando una toma una decisión, lo hace con esa mirada abarcativa del conjunto, pero también con esa mirada conceptual de que nuestra responsabilidad como dirigentes políticos es tomar aquellas decisiones que apuntalen a los sectores más vulnerables y a sostener el crecimiento de la economía para que siga generando puestos de trabajo.
Pero les decía que la conclusión, tal vez la más importante a la que habíamos arribado, era la convicción de todos los que allí estábamos de que nada se podrá hacer enfrentando lo público con lo privado y que todo se podrá hacer articulando el esfuerzo del Estado, de los productores, de los empresarios, de los trabajadores, de los comerciantes. Esta es la clave, argentinos, entender que eso que nos contaron, que el mercado todo lo solucionaba, lo hemos aprendido en carne propia todos y que era una mala lección porque era una lección que, en realidad, escondía otros intereses, intereses que tal vez no se podían contar. (APLAUSOS)
Yo siempre digo que las ideas que tengo las puedo contar, podrán o no ser compartidas, pero las puedo contar. Hay que cuidarse de aquellos sectores que no cuentan las verdaderas ideas y todo lo esconden a través de clisés como el mercado, etcétera.
Me parece que lo importante es advertir el esfuerzo que todos tenemos que hacer para poder crecer económicamente y hacerlo en armonía y equilibrio para lograr cohesión social.
¿Saben qué? La cohesión social no es un concepto ético ni moral, al contrario, es un concepto económico. Porque si nosotros logramos cohesión social a través de una buena distribución del ingreso y un equilibrio y una armonía entre los sectores del capital y del trabajo, vamos a lograr una sociedad más integrada y una sociedad que tiene más trabajo, mejores salarios, más oportunidades, más educación, más salud, más innovación tecnológica, es una sociedad que sigue produciendo y generando riqueza.
Esta es la lección que tenemos que aprender los argentinos: saber que nadie se salva solo, que no puede haber riqueza extraordinaria para un sector y miseria para el resto. Eso no puede seguir siendo en la Argentina, necesitamos justicia, equidad. (APLAUSOS)
También, claro que sí, ese fue otro de los problemas que muchas veces se esconde a través de algunos ruidos estentóreos. Siempre lo digo, no nos van a perdonar nunca nuestra política de derechos humanos. (APLAUSOS) Pero quiero decirles que estoy orgullosa, como argentina y como militante de un partido democrático y popular, de esta política de derechos humanos que le da la oportunidad a quienes torturaron, asesinaron y desaparecieron que ellos no le dieron a otros, ser juzgados por las leyes y los jueces de la Constitución. (APLAUSOS)
Esto habla de una sociedad profundamente democrática, de una sociedad que cree en las instituciones, de una sociedad que tiene calidad institucional. Porque, argentinos, sin derechos humanos, sin dignidad, sin distribución del ingreso no hay calidad institucional que valga. Las instituciones tienen que ser llenadas de contenido, de pueblo y de justicia para construir el país que todos queremos y nos merecemos.
Chaco: gracias por este día, gracias por tanto afecto, gracias por tanto cariño, gracias por tanto amor, se necesita. Cuando nos tocan, cuando nos dan un beso, cuando nos tienden la mano, quiero decirles que nos están transmitiendo toda la energía y toda la fuerza que se necesita para cambiar el país.
Gracias de corazón, gracias. (APLAUSOS)
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