Acto en Jose C. Paz, provincia de Buenos Aires !-
viernes, 25 de julio de 2008
viernes, 25 de julio de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO REALIZADO EN JOSÉ C. PAZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Gracias pueblo de José C. Paz. Ya sé que están ahí las mujeres, siempre estamos presentes las mujeres.
Queridos intendente de José C. Paz y gobernador de la provincia de Buenos Aires, querido Daniel; queridísimo, queridísimo ex presidente de la República Argentina y presidente del Partido Justicialista (aplausos): quiero agradecerles desde el fondo de mi corazón esta muestra de afecto y de cariño por el vínculo que siempre nos va a unir, el del afecto, el del amor.
Quiero decirles que hoy, cuando estamos firmando este convenio de 384 cuadras para ustedes, no estamos dando nada, no estamos regalando nada, estamos devolviendo parte de lo que durante décadas se les sacó a los más humildes de la patria. (Aplausos) Cada vez que hemos venido aquí al corazón del conurbano de la provincia de Buenos Aires hemos venido a eso, a devolver en casa, en pavimento, en agua potable, parte de la dignidad que les habían arrebatado a los argentinos. Empezamos devolviendo el trabajo y hoy sabemos que todos ustedes, que han vuelto a tener trabajo, quieren dejar de chapalear barro y tener la dignidad de ir a su trabajo con los zapatos limpios. Estas cosas tal vez parezcan poco, tal vez algunos no entiendan porque siempre lo han tenido todo, pero para el pueblo, que siempre, durante mucho tiempo, solamente fue objeto del reclamo cuando venían a pedirle el voto, es bueno estar junto a dirigentes que son por sobre todas las cosas sus compañeros, no sólo por la identidad partidaria, compañeros porque compartimos el pan, el pan de la felicidad que significa devolver a los argentinos la esperanza de que el progreso, de que el futuro, de que una vida mejor es posible.
Recién escuchaba a Mario cuando les decía a ustedes que me quiere ver feliz y sonriente, quiero decirles que yo los quiero ver a ustedes felices y sonrientes, a ustedes. (Aplausos)
A mí la vida me ha dado mucho más de lo que alguna vez soñé. Me dio una familia, un compañero que junto a mí, en más 30 años de militancia, nos han tocado, como le ha tocado a la gran mayoría de los argentinos vivir las vicisitudes que todos conocemos y que no hace falta relatarnos entre nosotros; me ha dado dos hijos maravillosos; me ha dado el más grande honor que puede tener un argentino, que sus compatriotas lo hayan elegido para conducir la República Argentina. Soy yo y no ustedes los que tienen obligaciones, yo soy la que tengo la obligación para todos ustedes de redoblar mis esfuerzos para que cada vez más argentinos vivan mejor, para que cada vez nuestras mujeres no tengan que ver a sus hijos sin esperanzas, sin futuro y sin educación; para que nunca más a nosotras, las mujeres, nos pase lo que nos pasaba durante aquellos años que nuestros compañeros se iban porque no tenían la dignidad del trabajo y solas teníamos que quedarnos a apechugar.
Quiero estar junto a los jóvenes, que como yo tengan la misma oportunidad que tuvo nuestra generación de poder estudiar, progresar y tener un futuro. Por eso todas las obligaciones son mías, de ustedes sólo son los derechos, que voy a defender como siempre los he defendido. (Aplausos)
Quiero decirles que en esta tarea me siento acompañada por el pueblo, por los jóvenes que han vuelto a participar activamente en la política. Tal vez uno de los logros más importantes, porque cuando los jóvenes se alejan de la política, descreen de las posibilidades de cambio de los instrumentos de la democracia, entonces las sociedades comienzan a retroceder. Yo quiero saludar el compromiso de miles de jóvenes que creen que una patria mejor, solidaria, donde redistribuyamos el ingreso, es posible.
Y en esta tarea quiero convocar a todos los argentinos, a los trabajadores, a los empresarios, a los hombres y a las mujeres que en el campo trabajan todos los días para lograr que la Argentina siga creciendo y a todos pedirles el esfuerzo solidario de no solamente mirar lo que le pasa a él, siempre hay que mirar un poquito al costado a ver cómo le va al que tenemos al lado, y si alguno se quedó atrás mirarlo y ayudarlo para poder seguir adelante. Eso no me viene de la política, eso me viene de mi convicción como ser humano, me viene de creer en Dios, pero también de creer en el pueblo, en su infinita sabiduría y en su eterna lealtad.
Por eso en este día de sol, de alegría y de felicidad quiero agradecerles a todos, un día argentino compañeras, un día argentino que es de todos los argentinos y para todos los argentinos. (APLAUSOS)
Quiero decirles del compromiso inclaudicable de seguir trabajando y profundizando la transformación, es nuestra responsabilidad. Y somos precisamente nosotras, las mujeres, sin que se enoje ningún hombre por favor porque ahí me miran algunos medio serios, que con la fuerza que nos ha dado la naturaleza para poder parir los hijos, con esa misma fuerza que nos viene no sé si desde adentro de los vientres, pero que nos sale siempre ante los momentos difíciles, decirles que siempre voy a estar junto a ustedes, a los humildes, a los que menos tienen, a los que más necesitan para ayudarles y tenderles mi mano solidaria, siempre. (Aplausos)
Un país necesita de todos los argentinos, pero una patria necesita del pueblo para trascender en la historia y eso es lo que tenemos que hacer con esta bendita República Argentina, en esta fantástica oportunidad que hemos construido los argentinos, pese a que no nos creían mucho allá por el 2003, pero aquí está, levantada, erguida y con autoestima.
Esto es lo que quiero, seguir construyendo junto a ustedes, con la fuerza y con el afecto de siempre, la solidaridad y el amor. Y no se olviden nunca de que los que tienen que estar felices y contentos son ustedes, para eso tenemos que estar nosotros, para trabajar y para ejercer esa responsabilidad.
Gracias José C. Paz, gracias hermanos y hermanas, muchas gracias por todo, los quiero mucho. (APLAUSOS)
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