domingo, 21 de septiembre de 2008

Discurso de Cristina Fernández en el Correo Central


Discurso de Cristina Fernández en el Correo Central !
martes, 09 de septiembre de 2008

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACION, CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE FIRMA DEL CONTRATO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOPISTA CÓRDOBA-ROSARIO, LLEVADO A CABO EN EL CORREO CENTRAL


Señor Gobernador de la provincia de Córdoba; señor Intendente de la Ciudad de Córdoba; señores intendentes; legisladores; senadoras y senadores; diputados y diputadas: como recién decía el Gobernador de la provincia de Córdoba esta autopista, demandada por los argentinos desde hace más de 40 años, conecta a ciudades muy importantes como son Rosario-Córdoba-Buenos Aires y La Plata-Mar del Plata también, ciudades muy importantes de la República Argentina.
Yo recién reflexionaba sobre cuántas cosas postergadas durante tanto tiempo en materia de infraestructura, en materia de obras que son de carácter social y económico. Recién hablaba de sacar toda la producción de Córdoba por el puerto cerealero más importante del mundo, como es el de Rosario sin lugar a dudas, la conectividad, la seguridad. Yo me acuerdo estando en Villa María, la gente de Villa María que ya tiene el tramo a la Ciudad de Córdoba, que es que más frecuentan, me decía cómo les cambiaba la vida este tramo porque en definitiva hacía más seguro, más rápido, lo que antes tardaban horas porque era una fila interminable de camiones en una ruta común, hoy se había alivianado. También dicen que de seguir con este ritmo de producción y de crecimiento tal vez hasta esta autopista resulte chica para poder sacar toda la producción, por eso también estamos estudiando las vías alternativas de los corredores bioceánicos.
Estamos dotando de una infraestructura a la Argentina de la que durante muchos años la Argentina careció, podemos hablar desde lo urbano, como recién decía el Intendente, los desagües pluviales, cloacales de una ciudad, hasta estas autopistas que son obras de importancia, y era porque en definitiva o se mal administraban los recursos, o porque en algún momento se llegó a tomar a la obra pública en la República Argentina como gasto improductivo. Lo cierto es que esta doctrina que yo escuché muchas veces siendo legisladora nacional, como diputada o como senadora durante la década de los años `90, en donde siempre había doctrinas importadas acerca de estas cuestiones, cuando uno ve las cosas que suceden hoy en el mundo advierte durante cuánto tiempo escuchamos repetir como loros, aquí en nuestro país, a economistas, a consultores, acerca de cómo se debía administrar.
Hoy me estaba enterando del déficit fiscal de los Estados Unidos, del año pasado que era 167 mil millones de dólares pasó este año a 407 mil millones de dólares, un aumento de un 243 por ciento, que sumado al rescate histórico que se concretó en el día de ayer, la estatización, esa palabra que horroriza en la República Argentina cuando se discuten algunas cuestiones, fue aplicada de un solo plumazo y nada menos que con 200 mil millones de dólares para rescatar dos bancos hipotecarios de los más importantes en Estados Unidos. Y la verdad que yo no critico a Estados Unidos, en absoluto, esto no es una crítica a ellos, hacen lo que tiene que hacer cualquier país que tiene que salvar y sanear su economía, porque su economía, su sociedad y su estabilidad es lo más importante, más allá de que actúan como aquel que dice "hagan lo que yo digo pero no lo que yo haga". Yo reflexionaba acerca de durante cuánto tiempo escuchamos repetir casi monocordemente y aún escuchamos a exponentes económicos, a exponentes de partidos políticos que tienen muchas veces como modelo una economía de mercado, como la de los Estados Unidos, recitarnos a nosotros que sí tenemos superávit fiscal, que sí tenemos superávit comercial y que sí hicimos las cosas que ellos decían que había que hacer pero que nunca habían hecho en la República Argentina. Pero además de todo eso, nos ocupamos de la sociedad, de los argentinos de carne y hueso para mejorar su calidad de vida y apostar a lo que siempre creímos y que fue que la política debe ser un instrumento para mejorar la calidad de las sociedades, la calidad de vida de los ciudadanos y de las ciudadanas.
Todos, los unos y los otros, los que siempre opinamos cuáles deberían ser lo objetivos de la política y cuáles deberían ser los objetivos del Estado, deberíamos reflexionar y también aquellos que durante tiempo recitaron esto y que aún hoy lo siguen recitando.
Hace unos días se discutía en el Parlamento argentino la cuestión de Aerolíneas Argentinas, la decisión del Estado argentino no de estatizar, como quisieron presentarlo, sino simplemente de tener nuestra línea de bandera y, además, permitir que pueda haber transporte aéreo a todas nuestras provincias y además de no dejarnos también sin un instrumento fundamental en todo lo que es el flujo turístico de cabotaje. Y, sin embargo, todos se rasgaban las vestiduras por esto.
Los mismos que hoy tienen un silencio absoluto frente a una decisión como la que ha tomado alguien que en todos sus discursos y en todos sus pronósticos se toma como modelo y casi como una suerte de Meca; la Meca, no religiosa pero sí económica y política.
Y, reitero, no es una crítica al gobierno de los Estados Unidos que hizo lo que tenía que hacer: desde su Tesoro Nacional rescatar a dos importantes bancos para que su economía tuviera sustentabilidad, sino simplemente reflexionar nosotros mismos, los argentinos, cuando muchas veces leemos en letras de molde y repetimos, inclusive gente inteligente, gente con preparación, gente que tiene mundo, en lo que dice Standars & Poor's, lo que dice Merryll Lynch, en fin, podríamos seguir enumerando otras consultoras o bancos, etcétera que se ve que a la hora de administrar sus propios recursos no han tenido, por lo menos, las mismas ideas o la misma calidad que exigen en los demás.
Creo que es una reflexión que deberíamos hacer como país todos, la sociedad, no como maestros ciruela, pero sí tener una mirada diferente hacia nosotros, no de indulgencia, nunca me ha gustado contemplarnos con autoindulgencia para autojustificar todo, pero sí para entender un poquito más que siempre, atrás de todas las opiniones, no hay solamente ideas económicas, hay siempre intereses económicos que son cosas diferentes e intereses políticos también. No está mal que los haya, el problema es cuando se los quiere disfrazar de verdades reveladas y no de lo que son, intereses que, por lo tanto, como son intereses responden no a lo general sino, normalmente, a lo sectorial. Tampoco está mal que haya intereses sectoriales, porque yo siempre digo que lo malo es disfrazar las cosas y, tal vez, disfrazar argumentos porque las verdades o los verdaderos tal vez no se puedan revelar porque no son demasiado presentables para el conjunto de la sociedad.
Por eso, quería reflexionar un poquito en voz alta hoy frente a dos obras de mucha magnitud: una, que como recién decía el Gobernador, estuvo postergada durante décadas y va a permitir comunicar a nuestras ciudades más importantes; la otra, la de un Intendente que también es la de mejorar la calidad de vida de toda la sociedad y, fundamentalmente, también rescatar lo que dijo Daniel Giacomino, Intendente de la ciudad de Córdoba, un hombre que no es de nuestro partido, de mi partido que es el partido del Gobernador de Córdoba y en el que hemos militado toda la vida, pero que reconoce y sabe esencialmente la necesidad que tienen todos los argentinos y nuestro país de articular, por encima de las distintas pertenencias y de las diferencias que todos podemos tener cuando nos dan la responsabilidad del gobierno, de articular para, precisamente, mejorar el esfuerzo que todos tenemos que hacer con la administración de los recursos y con la gestión para poder, sencillamente, cumplir con el objetivo para el cual nos han votado.
Así que, muy contenta y agradeciendo la presencia de todos ustedes, la suya, señor Gobernador, la suya, señor Intendente, la de los legisladores, intendentes, empresarios que van a hacer la obra, a los que les pedimos, por supuesto, que la hagan en tiempo y forma así podemos inaugurarla y que sea realmente una obra del Bicentenario, estamos seguros que así lo van a hacer, y felicitarnos a todos los argentinos porque, en definitiva, cuando estemos completando sus últimos 40 kilómetros que hemos firmado hoy y terminemos los 160 que están en ejecución y que son ya los últimos tramos, habremos por lo menos cumplido uno de los objetivos que teníamos los argentinos durante mucho tiempo y que es comunicar eficaz y con mayor seguridad a nuestras principales poblaciones y a toda la República Argentina en general.
Muchas gracias y buenas tardes a todos. (APLAUSOS)


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