Palabras de la Presidenta en el Council of Americas, en Nueva York !
jueves, 25 de septiembre de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL COUNCIL OF AMERICA, EN NUEVA YORK
Muchas gracias. Buenas tardes a todos y a todas. Querida Susan, presidente del Consejo de las Américas; señor secretario de Estado Thomas Shannon; señora secretaria de Estado de Trabajo de los Estados Unidos de Norteamérica; señor secretario general de la Organización de Estados Americanos; señores embajadores y embajadoras; empresarios y empresarias, señoras y señores: quiero decirles que hoy es un día muy especial para mí. La primera vez que fui invitada por Susan a dar una charla en el Council fue en febrero del año 2004, lo recuerdo como si fuera hoy. En el frío invierno neoyorquino organizamos una charla en la sede del Council y luego una cena con importantísimas mujeres americanas, mujeres de la cultura, de las finanzas, de las empresas de servicios, una cena fantástica que no me voy a olvidar nunca, conocí allí a gente muy importante pero además muy inteligente, como la ex presidenta de Discovery Channel, que después me visitó en la Argentina, como la vicepresidenta de Ford Motor Company, como la curadora y presidenta de la Free Collection.
Fue realmente una velada inolvidable, febrero del 2004. Han pasado muchas cosas desde esa fecha en mi país, la República Argentina, y en el mundo. El escenario nacional de aquella época era diferente al que tenemos hoy. Argentina había defaulteado su deuda soberana en el año 2001, en anteriores gestiones; los índices de desocupación eran de dos dígitos, muy altos, 22, 23, 24 por ciento, casi un cuarto de la población económicamente activa no tenía trabajo, y en definitiva también un escenario internacional que trataba a la Argentina con cierto grado de hostilidad, por decirlo de alguna manera. Había razones, la Argentina -como señalé- había defaulteado su deuda soberana y por lo tanto a nadie le gusta que dejen de pagarle lo que le deben, pero también no es menos cierto que durante todo el período de acumulación de esa deuda, donde Argentina vivía con déficit fiscal permanente, ese modelo económico que culminó con el default había sido elogiado en todos los ámbitos financieros internacionales. Con lo cual creo, sin temor a equivocarme que, más allá de las responsabilidades obvias primeras y principales que tenían quienes gestionaban el país, hubo también un cierto grado de consenso, de aquiescencia, de aceptación de ese modelo como un modelo virtuoso.
Esa fue precisamente una de las cuestiones que el gobierno del entonces presidente Kirchner planteó al mundo cuando en los años 2004 y 2005 abordamos la renegociación de nuestra deuda soberana. El planteo -Susan sonríe porque lo planteé también yo aquí en el 2004- es que los hombres y mujeres de negocios que habían colocado activos financieros en la República Argentina a tasas internacionales que no existían en ninguna otra parte del mundo en dólares, tasas que llegaron al 15, 16, 17 por ciento, debían hacerse cargo también del riesgo que habían tomado. Cuando alguien invierte en un mundo donde en esos momentos la tasa era del 2 y 3 por ciento para depósitos en dólares, y alguien ofrece pagarle 15, 16 ó 17 por ciento -hay un riesgo natural en el mundo capitalista, el riesgo empresario es uno de los nervios motores del capitalismo- hay fuertes probabilidades de que si alguien paga tanto diferente al resto tenga algún problema a la hora de devolverlo. El planteo entonces, cuando abordamos la renegociación de la deuda soberana, fue precisamente esto, que el riesgo que habían tomado los inversores fuera compartido con la Argentina a la hora de renegociar esa deuda y reconocer una parte de la misma. De cualquier manera, debo decirlo, la Argentina le reconoció en aquel canje del 2004 a sus acreedores externos más de lo que la Enron les pagó a sus acreedores aquí en Estados Unidos.
Pero además en ese tiempo comenzamos a desarrollar un modelo que muchas veces fue criticado porque algunos decían que era demasiado intervencionista o regulador, pero nosotros planteamos esencialmente un modelo de acumulación basado en la economía real, un modelo de acumulación de matriz diversificada, donde superáramos aquellas históricas contradicciones entre el campo y la industria, donde también superáramos las históricas contradicciones entre el mercado interno y las exportaciones, y además incorporándole algo que los argentinos tenemos y en muy buena cantidad, que es la calificación de nuestros recursos humanos, para comenzar a explorar en todo lo que son las empresas de la biotecnología, de la tecnología en la informática, en el software, donde, les comento, son precisamente estas empresas las que más alta tasa de natalidad han tenido durante estos últimos 5 años y medio que van desde el 2003 a la fecha.
Pero además hicimos algo que no se había hecho durante muchísimo tiempo en la Argentina, casi nunca, administrar los recursos públicos basados en dos principios básicos, lo que denominamos los superávit gemelos: manejo de los recursos fiscales y al crecer y ser fuertemente agresivos en la generación de un sesgo exportador en nuestras industrias, en nuestros commodities, etcétera, lograr el superávit comercial. Pivoteando sobre una administración racional de los recursos, lo recuerdo muy bien en el primer mensaje del presidente Kirchner en la Asamblea General de Naciones Unidas, allá por el año 2003, planteábamos al mundo: déjennos crecer, déjennos con este modelo que estamos seguros que vamos a poder hacer frente a las deudas. Porque los muertos no pagan, era imposible comprometerse a pagar algo que no se podía pagar y además hacerlo como se había hecho siempre en la Argentina, prometiendo shocks y ajustes a los argentinos, algo que no había tenido viabilidad institucional y finalmente había eclosionado en la crisis del 2001.
Esto fue generando un proceso virtuoso que permitió hacer descender, como señalaba Susan, la tasa de desocupación a un dígito, 7.8. La última medición del primer mes del último trimestre es la más baja desde hace décadas en la Argentina. Nos permitió también acumular reservas en un Banco Central que allá por el 2003 no llegaba a los 10.000 millones, lo cual le dio una solidez a todo el sistema financiero en la República Argentina, que nos permitió en algún momento, cuando siempre desde algún lugar quieren apostar contra el gobierno, tener la fortaleza suficiente para en esos intentos de corridas financieras hacerles perder dólares a aquellos que intentaban también correr a través del tipo de cambio.
Pero además fuimos desarrollando igualmente actividades que tienen que ver con agregar mucho valor, que este es el eje central de la economía real que plantea la Argentina, agregar valor a nuestros recursos. No solamente limitarnos al modelo que tuvo la Argentina a principios del siglo XX, ustedes saben que la Argentina ocupó en algún momento el 8º lugar de economía en el mundo, antes del crack del ‘30, como exportadora de materias primas. Es cierto que había una gran acumulación de reservas pero es cierto también que había un pueblo, una sociedad que vivía en condiciones absolutamente miserables. Alguna vez, allí lo veo a Jorge Castañeda, tendremos que analizar el porqué del surgimiento del partido en el cual milito desde hace mucho tiempo, el peronismo. El peronismo es hijo de un modelo que planteaba que la mayoría debía vivir casi miserablemente, mientras un pequeño grupo dominante podía gozar de las mieles de la riqueza. Finalmente la historia siempre se mide por acciones y reacciones, si uno observara todos y cada uno de los productos políticos podría reconocer también las causas de esos fenómenos políticos.
Pero no quiero apartarme de la economía, que en realidad tampoco es una ciencia exacta, yo también creo que la economía es una ciencia profundamente social. Esto fue permitiendo un crecimiento virtuoso que también fue generando algunos inconvenientes, por ejemplo en materia energética, claro, en la Argentina, productora de servicios, donde no había industrias o donde estas habían cerrado sus puertas, no se habían hecho inversiones en materia energética, por varias razones, la primera porque al estar dolarizadas las tarifas era un pingües negocio la exportación de divisas que se hacían a partir de tarifas dolarizadas; la segunda cuestión, y creo que la fundamental, que tampoco había necesidad de invertir en energía, porque la energía se necesita cuando hay empresarios que la puedan consumir, se necesitan empresas que produzcan, que generen bienes, que generen servicios, y esto también nos exigió plantear un proyecto, un modelo, un plan energético que nos ha permitido crecer en materia de generación de trasporte y ahora de distribución de energía. Recuerdo que uno de los problemas que teníamos en esa Argentina del año 2003-2004, cuando vine a ver a Susan por primera vez, era que en la Argentina todos gritaban y todos reclamaban algo, la gente trabajo, desesperadamente, los empresarios reclamaban las tarifas, en fin, había siempre reclamos sobre todo. Nosotros hablamos, en una actitud gradual, que no significara un shock para la sociedad ni tampoco desbalanceara, porque luego de lo que se había vivido en el 2001 y 2002 había quedado una Argentina muy fragmentada, la necesidad de ir progresivamente trabajando en todas las variables de la economía de manera tal de que fuéramos acomodando las cargas y de esa manera poder volver a crecer. Y hemos crecido, como decía Susan, a tasas superiores al 8 por ciento, todo esto con un escenario nacional minoritario que decía que todo era un veranito y también con un escenario internacional donde de las grandes calificadoras de riesgos y desde los grandes bancos de inversión nos criticaban duramente y decían que el modelo argentino era inviable.
Tasas de crecimiento importantes, acumulación de reservas, crecimiento de la participación de los trabajadores en el PBI, cuando asumió el presidente Kirchner la participación de los trabajadores en el PBI era aproximadamente de un 30, 31 por ciento, hoy está en el orden del 43 por ciento; los salarios de los trabajadores de la República Argentina, tanto el mínimo como el medio, son los más altos de toda América Latina, porque creemos también fuertemente, no solamente por convicción en cuanto a la equidad social, sino también por convicción en cuanto a políticas económicas, en la necesidad de tener un mercado interno fuerte, que retroalimente la capacidad de sus trabajadores para seguir agregando más y mejor valor, y seguir también con una fuerte incentivación a todo lo que hace la exportación, que por cierto ha crecido fuertemente, casi exponencialmente.
¿Cómo estamos hoy? Días antes de que yo viniera aquí a Estados Unidos había anunciado la renegociación y el pago finalmente de la deuda con el Club de París, una deuda que data su fecha de corte del 10 de diciembre de 1.983, la fecha de corte de la deuda con el Club de París tiene la misma edad de la democracia Argentina, el 10 de diciembre de 1983 asumía el primer gobierno constitucional luego de la dictadura, y la última reestructuración se había producido en los años `91 y `92, deuda que también había sido defaulteada durante el año 2001. También en el curso del desarrollo de este modelo se pagó la totalidad de la deuda al Fondo Monetario Internacional. Y esta semana, en otro consejo, no en el de las Américas pero sí en el de las Relaciones Exteriores de este país, el más prestigioso foro de política exterior, anunciamos que tres bancos muy importantes habían hecho una propuesta en representación de bonistas que no habían ingresado al canje del año 2005, y que además lo habían hecho en condiciones aún más favorables para el país que en aquella oportunidad. Así mismos estos tres importantes bancos habían decidido formar parte de una estrategia de manejos de pasivos de la República Argentina que nos aseguraba el completo financiamiento para nuestros vencimientos del 2009 y 2010.
Éste es el escenario nacional de una economía que sigue creciendo, con una muy buena capacidad instalada, ayer me mandaban los números de la Argentina de la capacidad instalada en todas sus industrias, con un fuerte crecimiento en todo lo que es tecnología. Susan hablaba de que durante mi gestión decidimos conformar el Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación Productiva, porque hubo durante mucho tiempo en mi país una suerte de disociación entre el conocimiento científico y la producción, se abordaba el conocimiento científico desde una perspectiva únicamente académica. Yo creo que una de las claves de la grandeza de los países desarrollados de este país específicamente, ha sido asociar precisamente el conocimiento y la ciencia al modelo productivo. En nuestro país esto no sucedía, pese a que somos el único país latinoamericano que tenemos tres premios Nobel en materia científica, Houssey, Leloir, Milstein, son argentinos y son los únicos tres premios Nobel de toda Latinoamérica en el campo de lo científico. Decidimos apostar fuertemente a esto, tuve el orgullo y la alergia de estar el día lunes en el Nasdaq y ver a importantes empresas argentinas, una de ellas que se fundó en el año 2003, ex Presidente, cuando usted empezó, y nos decían que hoy tienen mil empleados y están dando servicios a todo el mundo y cotizan aquí en Nasdaq junto a otras empresas. Esto no es solamente mérito de un Gobierno ni de una gestión, no podría ser tan soberbia, es mérito de los argentinos, de su increíble capacitación, de la calidad de nuestros recursos técnicos, producto de una historia de universidad pública y gratuita, de escuela primaria y ahora secundaria obligatoria, y también de la dedicación que este Gobierno ha puesto nuevamente en la educación. Me tocó como senadora votar una ley donde vamos a destinar el 6 por ciento del PBI a educación, ya vamos por el 5 y pico, el 6 es la meta del año 2010, donde allí tenemos que tener un 6 por ciento dedicado a la educación. Además el diseño desde nuestra política de becas en materia educativa y de ciencias de la tecnología, donde todo está orientado fundamentalmente a aquellas carreras duras en las cuales necesitamos mayor cantidad de recursos humanos. Hoy tenemos 120 mil alumnos diseminados en 50 universidades argentinas en la carrera de software, y todavía nos va a faltar gente para poder hacer frente a una demanda y a una oferta que hace la Argentina en materia de informática, sustancialmente diferente a la que tiene la República de la India, por ejemplo, que es una producción de carácter masivo ¿Cuáles son las ventajas y las características de la industria de la informática en la Argentina? Que somos capaces de diseñar programas a medida de la demanda y de cada cliente, puede parecer una distinción menor, pero es nuestro rasgo distintivo frente a otros países productores de este tipo de servicios. Ni que hablar en materia de valor agregado a todo lo que sea commodities, y que tenemos que seguir trabajando, porque hemos adquirido un grado de desarrollo tecnológico en la producción de commodities agrícolas, a los que si agregamos aún mayor valor agregado en lo que se denomina agroindustria, vamos todavía a adquirir mayor competitividad de la que ya tenemos en este sector que como ustedes saben, junto a energía, ya constituyen los dos desafíos más grandes que tiene el mundo en el siglo XXI.
También hemos profundizado fuertemente la integración en el MERCOSUR. Ustedes saben que Argentina se había ido de la región, recuerdo a algún ministro que decía que era mejor ser amigo de los ricos que de los pobres, y entonces habíamos abandonado nuestra región, nuestro lugar, la América del Sur, en donde la integración es uno de los factores más importantes de desarrollo. Y por primera vez, como un testimonio muy fuerte de esta integración, con quien alguna vez por elites dirigenciales hace algunas décadas fue visto como un enemigo nuestro, hoy como nunca se ha profundizado la relación entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil, donde además del intercambio comercial más importante que tiene la Argentina, también se ha firmado por primera vez el llamado para el estudio ejecutivo de un emprendimiento de carácter hidroeléctrico-energético, por primera vez Argentina y Brasil piensan conjuntamente en generar energía.
Yo también les hablaba, y permítanme contarles, del desarrollo que hemos tenido en materia energética, y del que vamos a tener aún en materia de trasporte, de generación, estamos superando los 20 mil megavats de generación, hemos aumentado en un 22 por ciento la capacidad de trasporte de la línea de 500, saben lo importante que es esto para la producción. Me tocó inaugurar como presidenta la línea de 500 que ya llega al sur de la Patagonia, en Pico Truncado, y firmar el otro día el contrato que va a permitir llegar hasta el final del continente, Río Gallegos, con la línea de alta tensión de 500, porque aunque parezca mentira, en la República Argentina, la Patagonia que ha dado y sigue dando energía, no solamente a mi país sino al mundo, no estaba contemplada dentro del Sistema Interconectado Eléctrico. También me tocó inaugurar la tercera línea de 500 de Yacyretá y firmar el contrato de la línea NEA-NOA. Acá quiero, a los empresarios dedicados al sector energético y todos aquellos que tengan una actividad vinculada con energía, decirles que la firma del contrato de la línea NEA-NOA, que es aproximadamente de 1.900 kilómetros de extensión, significa un salto cualitativo, porque va a atravesar por primera vez la República Argentina no pasando por Buenos Aires, todo en la Argentina se ha organizado así desde 1.810, todo empezaba y terminaba en la ciudad puerto, hemos decidido que pueden empezar pero que deben también terminar en otro lado; hoy vamos a cruzar todo el NOA y NEA argentino con una línea de 500, y además nos ponemos delante de demanda, o sea, va a haber oferta energética para aquellos que quieran instalar allí cualquier tipo de emprendimiento que demande esa energía, en lo que va a constituir regionalmente el corazón del MERCOSUR, y que también constituye un corazón en materia de producción agrícola, textil, ganadera. Hoy nos acompañan dos importantes gobernadores de esa región, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, el contador Jorge Capitanich, y también Mario Das Neves, creo que estaba, es un gobernador de la Patagonia. Con esto quiero decirles que el salto cualitativo que significa en una Argentina donde siempre fuimos corriendo atrás de las necesidades, poder hoy hacer una oferta que ya no va atrás de las necesidades sino que va a incentivar la instalación de nuevas industrias. Estimamos que en el año 2010 vamos a estar habiendo crecido en un 69 por ciento en todo el sistema de transporte de línea de 500, lo que además nos da una certeza de anillado, como verán me he convertido en experta en muchas cosas, hasta en energía, sobre todo porque en mi país algunos vienen pronosticando un blackout, que nos íbamos a quedar sin energía antes de cada invierno. Lo cierto es que con la inauguración de última línea de 500 pudimos, cuando hubo un problema en la línea del Chocón hasta Henderson, evitar el blakcout, porque precisamente al haber mayores líneas de 500 estamos anillando el sistema y dándole mayor certeza y seguridad energética a quienes necesitan de eso para producir y generar riqueza.
Creo que esta Argentina actual, esta Argentina que parecía mentira en aquel 2004 que hoy pudiera exhibir estas tasas de crecimiento, que de seguir este año va a completar el círculo económico virtuoso más importante de nuestra historia, ya el año pasado con los 5 años de crecimiento consecutivo, a tasas superiores al 8 por ciento, teníamos el período más importante de crecimiento económico en los últimos cien años. De repetir igual perfomance este año estaremos frente al período de crecimiento económico más importante que haya tenido la República Argentina en sus casi 200 años de vida, que vamos a cumplimentar ahora en el 2010. Junto a esto también se desarrolló, y no inventamos nada nuevo, lo habíamos dicho durante toda la campaña, yo me acuerdo que lo contaba con Susan aquí, un plan de infraestructura económica y social muy importante. Nosotros sosteníamos que en épocas de depresión, en épocas de caída de la actividad, la obra pública, la infraestructura, cubre y cumple un rol dinamizador formidable, no lo inventamos nosotros, se lo habíamos copiado a ustedes, a New Deal después del 30, cuando ese gran presidente que fue Roosevelt lanza el New Deal y utiliza el instrumento de la obra pública como un gran reactivante de la economía. Lo repetíamos aquí en algunos círculos y nos miraban escépticos, alguna vez alguien muy importante me dijo que en realidad no había sido el New Deal lo que había hecho grande a Estados Unidos, que lo que había hecho grande a Estados Unidos era la guerra, y yo le dije que no creía que fuera así. Como tampoco creo que lo que está sucediendo hoy aquí en Estados Unidos sea el fin del capitalismo, se tienen que quedar todos tranquilo, creo que sí va a venir otro capitalismo, basado esencialmente en la economía real que hizo grande a este país, y que siempre nosotros hemos sostenido, el modelo argentino es un modelo basado en el desarrollo de las potencialidades reales de su población, productor de bienes y servicios, esto es lo que hizo grande a Estados Unidos ¿Por qué digo esto? En este escenario internacional que hoy da temor, incertidumbre, inseguridad, durante las últimas décadas, se rompió la lógica del capitalismo ¿Cuál ha sido la lógica del capitalismo? Ganar dinero a través de la producción de bienes, de servicios o de conocimiento, pero el dinero se gana, no se produce. Me parece que esta es la lógica que se ha roto desde el sistema financiero, creyeron que podían sustituir a lo que constituye el eje mismo del capitalismo, que es producir bienes y servicios, y reproducir al dinero independientemente de los circuitos de bienes, conocimientos y servicios. Tampoco significa que desaparezca el sistema financiero, sino que al contrario, vuelva a repensarse y ocupe el verdadero rol motor que se le asignó doctrinariamente y que es el de ser el gran financiador, el gran sostenedor, a través del crédito, de la producción y generación de la riqueza y del consumo. Me parece que son épocas donde van a cambiar los paradigmas, donde vamos a tener que revisar, conceptos, no para rasgarnos las vestiduras ni decir yo tenía razón, no se trata de quién tiene razón, sino se trata de identificar cuáles son las causas de esta situación que estamos viviendo, e identificadas esas causas, removerlas, cambiarlas y empezar a hacer una cosa diferente. Estoy absolutamente convencida de que este país ocupó su lugar, su preeminencia, en base a la economía real, y tal vez, creyendo que la intervención del Estado o la presencia del Estado incomodaba, tiene las dificultades de hoy, porque también, buenos es decirlo, hubo un severísimo control de todos los bancos centrales, a través de las normas de Basilea, pero paralelamente en sistemas financieros absolutamente controlados, surgieron también fondos de inversión, sistemas de inversión sin ningún tipo de control ni regulación, que permitieron y posibilitaron esto que estamos viviendo hoy. Reitero, no es para poner el rol de fiscal con dedo admonitorio, al contrario, simplemente comprender por qué suceden las cosas y a partir de eso diseñar nuevos instrumentos que vuelvan a la economía real. En este sentido quiero decirles que cuando comienza la economía real, que no tengan dudas, es la etapa que viene, que ya está, la Argentina es un lugar más que bueno para invertir, porque su diversidad, la calidad de sus recursos naturales y humanos, el grado de capacitación de quienes vivimos allí, nuestra natural creatividad, por momentos la creatividad argentina se convierte casi en un problema, pero cuando se la aplica adecuada y orientadamente a la actividad económica, somos capaces de producir transformaciones que ni nosotros mismos somos capaces de imaginar. Yo siempre cuando me encuentro con otros argentinos en algún lugar que no sea nuestra patria, le pregunto si imaginaban, viendo aquella Argentina del año 2001, 2002, esta otra Argentina que vemos hoy en cuanto a su desarrollo económico y su actitud además de retorno al mundo, con esta decisión que se ha adoptado en materia de normalización de las relaciones con sus acreedores, y me dicen que no, que era impensable. Pero esto me revela una riqueza y una calidad por parte de nosotros, que muchos de los que están aquí la conocen porque son fuertes inversores y siguieron apostando y confiando en la Argentina, pese a las cosas que nos sucedían.
Yo creo sinceramente que estamos en un momento muy especial del mundo, de la región, me refiero a América del Sur y a nuestro país, la República Argentina, y creo sinceramente que en materia de desarrollo tecnológico, en materia de desarrollo turístico, en materia de desarrollo energético, en materia de agroalimentación, en materia de todo lo sea los ejes que constituyen la economía real, Argentina tiene un rol que cumplir y tiene un excelente oportunidad y menú de negocios. Con la confianza y el optimismo que tenemos que tener, no porque como digan algunos tuvimos suerte o viento de cola, sino porque creíamos en lo que decíamos y en lo que hacíamos, que es esencial para revertir y transformar cualquier realidad adversa, realmente estábamos convencidos que éste era el camino.
Hoy, aquí en Nueva York, me siento no conforme porque en definitiva nunca nadie está conforme, uno siempre quiere ir por más, lograr más y mejores cosas, pero sí en condiciones de decir que de aquel 2004 en el cual veníamos a contar a ustedes las cosas que queríamos hacer con la Argentina, muchas de ellas las estamos logrando, faltan obviamente. Hemos encontrado en un tema que siempre desvelaba a los empresarios de cualquier parte del mundo un abordaje de la cuestión tarifaria diferente, que nos ha permitido segmentar por ejemplo las tarifas en los servicios, y poder de esta manera atender a la rentabilidad de las empresas sin tampoco lesionar el tema social, a través de atender las necesidades de los sectores más vulnerables. Estamos también llevando a cabo un ambicioso plan gas plus, y estamos también en el trabajo de la normativa del plus petróleo, que creo que va a ser tan exitoso como se está desarrollando en el ámbito del gas, y que va a permitir a los inversores tener una rentabilidad acorde con el grado de inversión que todos sabemos requiere la explotación y la exploración en materia de hidrocarburos.
Por eso con resultados que en definitiva es lo que importa en política, en economía y en la vida también, es para mí muy grato estar aquí hoy junto a ustedes, con este breve panorama de lo que es mi país, la República Argentina, y agradecerle a sus Susan Segal la deferencia que siempre ha tenido con nosotros y con nuestro país, es una amiga nuestra y de la Argentina, de recibirnos una vez más y permitirnos, junto a todo ustedes, intercambiar opiniones y reflexionar acerca de estas cuestiones y de este distinto escenario nacional e internacional que teníamos desde aquel 2004, lo cual nos exige a todos una gran humildad a la hora de evaluar, diagnosticar y juzgar, y también una gran apertura mental por los desafíos que trae la época. Grandes desafíos, se derrumban viejos paradigmas y es necesario reconstruir los nuevos para seguir caminando, seguir produciendo y, en definitiva, seguir viviendo. Muchas gracias.
PERIODISTA.- Una pregunta, en todo su discurso usted no mencionó, en ningún momento a la inflación, de esto debe desprenderse que en Argentina la inflación no es un problema, que su Gobierno no va a hacer nada. ¿Cómo en realidad considera usted el tema, dado que en las encuestas y todos los análisis hoy es tal vez, el principal problema en la Argentina y de paso también cuanto cree sea la inflación, dado que las estadísticas no son muy creíbles? .
PRESIDENTA.- Bien, vamos a hablar de la inflación desde varios abordajes; nunca creí que la inflación pudiera medirse por encuestas, realmente creo que la inflación y cualquiera otra medición de esta naturaleza exige de estadísticas.
Pero, el primer abordaje, antes de ingresar al tema específico de la Argentina, en materia de inflación y estadísticas, es un análisis general. Hace unos días leí en la Revista Spiguel, la más importante publicación alemana, que la inflación en Alemania es el 3.30, pero que los alemanes están convencidos de que la inflación es el 12.50 por ciento. Y el año pasado, aquí en Estados Unidos, leí un interesantísimo artículo de Bloomberg, donde decían también que la estadística, que medía la inflación en los Estados Unidos daba en ese momento, no recuerdo, si 2.50 y el articulista decía que no tenía absolutamente nada que ver con los coseguros, con todo lo que había aumentado en los Estados Unidos.
Así que la primera conclusión, en materia de estadísticas y percepciones de la sociedad, es que ni en la Argentina ni en ninguna otra parte del mundo la percepción que la sociedad tiene acerca de determinadas cosas coincide con la estadística.
Segundo, principal problema de la inflación: es cierto que la Argentina tiene una larga historia, en materia de inflación, pero también no deja de ser menos cierto que todos los procesos inflacionarios que hubo en la Argentina tuvieron condiciones macroeconómicas, que posibilitaban precisamente esa inflación. Una de las principales causas era el déficit fiscal y la emisión, esto era una de las principales claves. También la diferencia de su balanza comercial, el alto grado de endeudamiento, la falta de producción, variables éstas que hoy no se dan en la República Argentina.
Las variables de la macroeconomía nos indican, en la República Argentina, que no estamos ni están dadas las condiciones para que se de un proceso inflacionario.
¿Qué sucedió en la Argentina, con respecto al tema del INDEC, que es el que mide las estadísticas de la inflación y lo que usted sugiere de las encuestas? Se desarrolló en torno a esta institución, lo que podríamos decir casi una disputa política, en torno a la veracidad o no de sus datos.
Lo cierto es que las expectativas que dan, por ejemplo, las principales consultoras y que la publica el Banco Central en el Informe coinciden, número más número menos, con las estadísticas del INDEC. Pero además, el INDEC y su equipo, que no es un equipo que puso este Gobierno, traído desde algún lado extraño. No, quien hoy es titular del INDEC y funcionaria de ese instituto hace 30 años, como así también otros integrantes de ese instituto, que además tiene, aproximadamente, unos 1.500 trabajadores, de los cuales solamente grupos que son muy menores son los que desarrollaron una tarea, yo creo de desprestigio, que tienen que ver con intereses políticos, con intereses financieros, con una mezcla de intereses que hay en todas partes y todos lados de la vida.
Lo cierto es que el modo de medir la inflación en la Argentina, que se ha cambiado ahora con la nueva metodología, que se presentó oficialmente en la República Argentina y que corresponde también a un nuevo modelo de desarrollo económico, porque el otro que había sido instalado, en 1996, por el ex ministro Cavallo, si mal no recuerdo, tenía que ver con un modelo que era de convertibilidad, una ficción absoluta, donde la unidad monetaria de la Argentina decían que tenía el mismo valor que la unidad monetaria de este país, y entonces se incluían variables en la medición que permitieran aplanar. Por ejemplo, en el anterior índice, que ahora fue cambiado, se medían en el aspecto turístico viajes a Cancún y viajes a Miami, pero por ejemplo, no se medía turismo social, que en mi país, a partir de los sindicatos tiene un 40 por ciento de la oferta, por ejemplo, en el principal centro turístico que es Mar del Plata.
Se medía, por ejemplo, servicio doméstico, algo inusual para medir costo de vida, donde este es en realidad, fundamentalmente, aquí y en todos lados, referidos a los sectores de bajos y medianos ingresos porque los kintiles de los extremos, o sea los que son muy pobres o los que son muy ricos distorsionan normalmente todas las mediciones. Pero además, se fijaron también nuevos criterios de estacionalidad. ¿Qué significan? Lo que hacen aquí, en Estados Unidos. Acá cuando a ustedes le miden no miden, por ejemplo.. les voy a contar una anécdota que pasó durante las elecciones, a raíz de un episodio del tomate. Bueno, el episodio del tomate es altamente representativo, desde algunos medios y desde algunos sectores los problemas de la República Argentina. El tomate, en septiembre, en la Argentina es caro porque no hay tomate, entonces se medía estacionalmente y se establecía el valor de un producto que no era de la estación, que no se hace - no se si usted entiende de estadísticas - pero en ninguna parte del mundo, cuando se miden índices en las canastas familiares se aplican criterios que no sean de desestacionalización. ¿Qué significa? Que cuando usted no tiene ese producto en la estación, lo sustituye por otro producto.
Por ejemplo, también, estoy diciéndole también todo como lo hace Estados Unidos en la suerte de medición. Otra cosa, cuando surge algún producto que tiene nueva gama, por ejemplo, una computadora a la que se le incorpora nuevas cosas y que sale más cara porque tiene mayor incorporación de valores y servicios, acá no se la mide como un incremento del anterior, porque se la considera un nuevo producto. Todas estas cuestiones fueron contempladas en el nuevo índice, que fue explicado y que, inclusive, ha tenido fuerte intercambio con organismos multilaterales, en cuanto a la metodología.
Yo desafío a cualquiera en la Argentina que se entreviste con el equipo del INDEC, de las señoras Amelia Erwin y Beatriz Pagliari y otros miembros del mismo equipo, para discutir no con encuestas, sino con datos absolutamente científicos.
Una de las cosas, que se dice también es que en las provincias miden distinto. Hoy, las provincias tienen una canasta que no todas están utilizando la misma canasta del IPC, que es el IPC de Buenos Aires. Pero, por ejemplo, de aquí diviso al Gobernador de la provincia del Chaco, donde él, en un instituto, en el cual no ha sido cambiado nadie absolutamente, desde que él es gestión, hoy está midiendo deflación en la provincia del Chaco.
Pero además se presenta, hoy, el hecho de que en algunos provincias se mide distinto. En el año 2001 y 2002 también en muchas provincias se medía distinto y daban resultados distintos, al que daba el IPC del Gran Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Mire recuerdo, no sé si 2001, 2002, pero hasta en una misma provincia, como Tierra del Fuego, tenía un resultado la medición de Ushuaia, que es la ciudad capital y Río Grande, que está al norte- usted, no sé si conoce, pero es una provincia insular de mi país: la República Argentina - y daba no solamente ya en dos provincias, sino en la misma provincia dos índices diferentes, en el año 2001 y 2002.
Creo sinceramente que hubo y hay, en la República Argentina, un manejo poco serio, casi diría que irresponsable de decir que la inflación es tal o cual cifra sin acreditar científicamente, absolutamente nada en una cuestión tan seria, como es la estadística. El equipo de estadísticas, la medición que hacen hoy pueden ser exhibida, como de hecho se hizo, cuando el año pasado, conjuntamente acompañados con equipos de medición, de Estados Unidos, de España y creo que Francia, se hizo un seminario muy importante explicando la nueva metodología.
Pero invitamos a cualquiera de los señores empresarios, que tengan su equipo económico de asesores que lo envíen, por favor, al INDEC para que les expliquen exactamente los científicos cómo lo está haciendo, allí en el INDEC, pero sin temores y sin fantasmas y sin tabúes porque son índices absolutamente verificables y que podemos poner a consideración de cualquiera de ustedes, como de hecho se han puesto a disposición de quienes así lo han requerido y en charlas también informales.
¿Qué sucede, que también es cierto y debo decirlo? Me tocó leer notas periodísticas donde se decía: "bueno, si nos reconocieran un 1 por ciento, por mes, estaría todo bien", en importantes diarios. Usted tampoco debe ignorar, seguramente, que una parte importante de la deuda argentina se mide con índice CER. Usted va a decir: "ah, entonces hacen eso para pagar menos", no porque la otra parte se mide por cupón de crecimiento, con lo cual en realidad si la intención de la Argentina fuera esa lo que estaría ganando por no reconocer una presunta inflación, lo estaría perdiendo por el crecimiento. Con lo cual, está claro que no es así. Pero tampoco he hablado de la mortalidad infantil, de la necesidad de un sistema de salud pública, pero si hago la lista de todas las cosas de las cuales no he hablado de la Argentina, posiblemente me tengan que invitar a tomar el te, también, y porqué no, la cena. Así que en realidad, la no mención del tema no fue porque no lo consideramos un problema, hoy, en la República Argentina. Pero, además, supongamos que lo fuera sería una cuestión que no debería achacársele al Estado, deberíamos empezar a conversarla con los empresarios, formadores de precios, porque si la inflación ha sido históricamente, en la Argentina, producto de la existencia de variables macroeconómicas por mala administración del Estado, y hoy esas variables macroeconómicas es también porque el Estado es responsable, si los precios aumentan, ya no estaríamos ante una distorsión provocada por Estado en la evolución de los precios, estaríamos en una distorsión provocada por el mercado; sea por concentración monopólica, que te fija precios o por apropiación de rentabilidad, vía aumento de precios. Esta es la otra gran discusión, que también tenemos que dar. Hay inflación, pero entonces, ¿cuál es la causa de la inflación? Distorsión del Estado por sus variables macroeconómicas o distorsión del mercado por concentración de los formadores de precios. Es una cosas que estamos también dispuestos a discutirlo. Nosotros estamos dispuestos a discutir todo, porque estamos absolutamente convencidos de lo que estamos haciendo.
Así que la no mención no fue ex profeso, pero le reitero tampoco mencioné el problema de las universidades, todas las cosas que uno tiene que abordar en el día a día de gestión. Un Estado, es una cosa que aprendí, hace muchos años, muchísimos años, tal vez no en el Estado Nacional, sino en una lejana provincia, en el sur, en nuestra primera política institucional, cuando ese hombre, que está sentado ahí fue electo Intendente de su ciudad natal - yo siempre he participado activamente, junto a él, en toda su gestión - y allí aprendimos, frente a aquellos que dicen tener planes para tal cosa o lo otro, que la gestión es como en las empresas. Usted tiene un plan, obviamente, que es el de ganar dinero y crecer cada vez más, es el plan de todo empresario, cualquiera sea la actividad que tenga.
Pero esa rentabilidad y esa empresa se construye día a día en la gestión cotidiana y fundamentalmente, en el caso del Estado aún con mayores dificultades, porque no puede manejarse con criterios empresarios y decir: "esto no me sirve y lo tiro, esto no lo tengo en cuenta por tal cosa". No, cuando una maneja y tiene responsabilidades institucionales gubernamentales en una provincia, en un municipio, en el Estado Nacional, las variables no solamente son económicas, sino también son sociales y humanas. Entonces, articular es mucho más difícil, pero es la obligación y la responsabilidad, que tenemos.
No creemos tampoco en aquel Estado empresario, que tuvo orígenes también en mi partido, producto de que en aquel momento no había una burguesía o un empresariado nacional, que cumpliera el rol y lo generó el Estado. No creemos en esa fantasía que nos contaron, desde el Consenso de Washington, que el Estado había desaparecido, que el mercado todo lo asignaba y que el mercado todo lo resolvía. Por esa convicción terminamos en el 2001 y por esa convicción ustedes están con este problema hoy: por creer que no hay que intervenir, que no hay que regular y no hay que controlar. Que no quiere decir obturar e impedir, que es otra cosa totalmente diferente, pero en síntesis creo que todos y todas, hay también que acostumbrarse a esa palabra, les cuesta a los hombres lo de todas, Susan, vos también lo debes saber, y a algunas mujeres les cuesta lo de todas, pero es importante tener esta actitud y esta apertura para abordar los problemas con mucha responsabilidad, con mucha institucionalidad y en aquellos que requieren de datos científicos, también con datos científicos y serios, que avalen lo que uno dice, porque si no estamos en esta historia del siempre dicen, o las encuestas, o tal vez o me parece. Es necesario no solamente gobernar con precisión, sino también opinar con fundamentos.
PERIODISTA.-Señora Presidenta, gracias por su exposición, alusivo a las estadísticas, nuevamente. Las encuestas, hoy, que estuve leyendo en la prensa, el 73 por ciento de los argentinos ven a su Gobierno en forma regular o mala y es básicamente por varios factores, entre ellos: la inconfiabilidad de los índices, como otros aspectos, la crisis del campo mal manejada, así también como otros factores políticos, que hoy están en la prensa. ¿Qué opina de eso?
PRESIDENTA.- Bueno, yo creo que para ver lo que pasa en un país, no basta con leer los periódicos, es más lo más probable es que si solamente lee lo que dicen los diarios nunca sepa lo que pasa en la República Argentina. Porque aquella distinción entre verdad u opinión publicada y opinión real. Me parece a mí, si usted recuerda también, cuando resulté electa, el día que hubo elección, el 26 de octubre, ¿no? el día que resulté electa Presidenta, en la tapa del principal diario argentino decían que iba a haber segunda vuelta, según las encuestas. Y obtuve la Primera Magistratura de la República, con una diferencia superior a los 23 puntos. Pero en realidad creo, que más allá de los intereses que se juegan siempre porque además no estamos en una época donde los diarios o las empresas periodísticas son aquellas que fundó Mariano Moreno, a la luz del candil, donde solamente eran las ideas lo que pesaban, o aquí Benjamín Franklin, también periodista, creo que hay intereses económicos, en todos lados, hay intereses que presionan también en todos lados.
Pero en definitiva, más allá de las encuestas creo que la gestión no se mide por las encuestas, sino esencialmente por los resultados, que yo acabo de decir, hoy aquí, y por la opinión de la gente, que se manifiesta en mi país, en las elecciones. Mire, eso que dice usted también lo decían del anterior Gobierno, en cuanto al manejo de sus relaciones, al manejo de su economía. En fin, creo que hay una distorsión, o tal vez hay opiniones que se reflejan de una manera con intereses que reflejan algo. Pero no hay que enojarse por eso, después de todo creo que lo interesante y lo valioso es que cada dos años los argentinos se expiden, a partir de cómo valoran una política, y deciden quién va a ser el que los va a representar como Presidente, como Gobernador o como Intendente o como Legislador. Gracias.
PERIODISTA.- Lo que yo le quisiera preguntar, también quería hacerle notar que el superávit primario en la Argentina y especialmente el superávit total, fiscal, que hemos visto en los últimos años ha sido un logro importante del gobierno anterior y del suyo y esperamos que se mantenga hacia el futuro. Lamentablemente ni la Argentina ni el mundo tienen control sobre qué es lo que va a pasar con el crecimiento, estamos atravesando por tiempos difíciles, entonces lo que yo le quería preguntar es si el Gobierno tiene un plan B para la política fiscal. ¿Qué piensa hacer el Gobierno si es que los ingresos del próximo año no llegan a ser los que están en el Presupuesto, se piensa aumentar los impuestos en otros sectores, va a tratar de recortar el gasto, suprimir los subsidios? Nos puede dar una explicación un poco más amplia.
PRESIDENTA.- El superávit fiscal primario es una bandera innegociable de este Gobierno y lo va a seguir siendo durante toda la gestión. Nada indica que esto vaya a modificarse porque hay una decisión del Gobierno en administrar de esta forma, pero no de ahora, sino de siempre. Nosotros creemos que la innovación que hemos traído a la política argentina es que fuimos, precisamente, los que adherimos a posturas políticas que podrían denominarse progresistas los que administramos con superávit fiscal y aquellos que eran monetaristas o neoliberales eran los que administraban con déficit fiscal. Así que no hay ninguna razón para pensar en la necesidad de un plan B porque el plan A está en marcha y está dando buenos resultados. De hecho, en la última medición de balanza comercial nos dio el saldo más importante de los últimos 20 años con 2.243,9 millones de dólares para ser más exacto, y también hemos inclusive superado los 3,15. Hoy estamos en 3,30. El superávit previsto presupuestariamente para el ejercicio 2008 es de 3,15 y, en realidad, estamos con un 3,30, o sea que estamos un 0,15 por arriba de la pauta presupuestaria prevista en materia de superávit. Por lo tanto, nada indica...por supuesto después de lo que ha pasado en los Estados Unidos cualquier cosa puede pasar en el mundo, crucemos los dedos en todo caso para que nada suceda, pero creo que la economía argentina tiene la fuerte solidez que le da el hecho de cuentas muy ordenadas y, reitero, una economía muy real. Porque además, nuestra gente no está endeudada financieramente, tenemos uno de los porcentajes de endeudamiento financiero más bajo. Yo sé que por allí a los banqueros esto no les gusta porque -ahí lo veo a Britos sonriéndose- les gustaría un mayor grado de bancarización o tal vez un mayor grado de endeudamiento. Pero lo cierto es que el índice de endeudamiento financiero de nuestras familias es muy bajo, con lo cual también nos aleja del peligro de un crack financiero. Si a esto le sumamos el hecho de que las entidades financieras están líquidas, a mi gusto demasiado líquidas, es una vieja discusión que tengo los banqueros en mi país, porque yo quiero que aumenten la cantidad prestable. Pero bueno, están muy sólidos y muy líquidos y realmente están en un nivel hoy de financiamiento del PBI bastante más bajo de lo que estábamos antes de la crisis, Jorge, no podemos superar el 12 por ciento de financiamiento del PBI del sector bancario. Con lo cual vinculado con el problema financiero que hay en el mundo, esto también nos da una solidez porque indica que nuestro financiamiento no proviene del sector financiero exclusivamente, sino de la economía real. Con lo cual no hay, a mi criterio, como gobernante y examinando todas las variables de niveles de endeudamiento, niveles de financiamiento de PBI, con un interesante nivel de financiamiento de inversión real que llegó casi al 25 por ciento superando marcas anteriores, todas las variables están indicando, producto de ser una economía real, de que podemos sortear este delicado momento que vive la economía internacional. Si usted me dice que en algún momento esto se profundiza, si Estados Unidos no lograra aprobar el plan que van a discutir en este week end legislativo, o sea que van a estar todo el fin de semana discutiendo, supongamos que lo aprobaran, porque también algunos dicen que con esto tampoco se solucionaría la crisis, yo escucho voces también en Estados Unidos que es más profunda y que estos 700 mil millones de dólares que plantea la administración Bush no es suficiente. Bueno, también me hablan de lo que puede pasar en Europa, pero convengamos que entonces ya no son variables que yo pueda controlar, son variables absolutamente exógenas y para eso me parece que lo primero que tienen que tener un plan B son ustedes aquí en Estados Unidos y en Europa. Porque el plan A nuestro está en funcionamiento, así que, me parece que los que necesitan el plan B son ustedes. (APLAUSOS)
Sra. SEGAL.- Estoy viendo que la gente se está yendo porque se acabó el tiempo en realidad. Yo quiero agradecer a la presidenta Fernández de Kirchner su presentación, su franqueza y yo quiero solamente comentar otra vez que como siempre ha hecho su presentación sin un papel. Entonces, es increíble.
PRESIDENTA.- Es lo de siempre. El primer día que me conoció me dijo "habla sin papel, no lo puedo creer", en el año 2004, me acuerdo como si fuera hoy.
Sra. SEGAL.- Yo lo recuerdo muy bien. Yo quiero agradecer a la Presidenta sus palabras y también yo quiero personalmente agradecer a mi amiga Cristina por sus palabras tan cariñosas. Muchas gracias por estar con nosotros y muchas gracias a ustedes. (APLAUSOS)