sábado, 12 de julio de 2008

Acuerdo con productores lácteos

La Presidenta encabezó reunión con representantes de la industria láctea
miércoles, 02 de julio de 2008

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, DRA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN REUNIÓN CON PRODUCTORES LÁCTEOS, EN LA SALA DE SITUACIÓN.

Estas reuniones las estoy teniendo, ya hace más de un mes, con el sector de la producción y agradezco el acompañamiento, también, del Intendente Accastello, de Villa María, permanentemente también preocupado en el tema.
Quiero, en principio, decirle que sé lo que es un tambo, no tal vez un tambo moderno; mi abuelo fue tambero, fue tambero y fue agricultor, no lo que es ahora, cuando no habían las maquinarias modernas de ordeño, sino que ordeñaban a mano. Mi padre, en un primer momento, le ayudaba a su padre, junto a su hermano a ordeñar y se levantaban de madrugada. Recuerdo todavía sus manos, que siempre tuvieron sabañones porque, al levantarse, muy temprano, se ordeñaba de madrugada, con muchísimo frío, él me contaba, que terminó provocándole toda su vida sabañones en sus manos, que nunca pudo curar.
No era la época de la modernización, no había tambero mediero, tampoco en esa época, eran ellos lo que con un tambo pequeño se ocupaban de eso. Además fui criada con leche de tambo porque por razones científicas mi madre no pudo darnos leche a mi hermana ni a mí; no sé si será bueno o malo, y si con leche de tambo he llegado a Presidenta. Yo sé que la ministra de Salud se va a enojar mucho porque hay una campaña, además, de amamantamiento, pero lo cierto es que fui criada con leche de tambo.
Así que quiero decirles que sé, que en principio, es una actividad rural específica, que poco tiene que ver con el resto de las actividades, es una actividad de todos los días y de las 24 horas, que demanda mucha atención, y que de las tareas rurales, sin lugar a dudas, es la que demanda mayor cantidad de personal por las características que tiene.
Sé que el acuerdo que les propusimos y que fundamentalmente no es sólo acordar un precio que creo como nunca ha tenido la producción, porque cuando el Gobierno del Presidente Kirchner se inició, el precio que recibía el productor, teniendo en cuenta el precio que pagaba el consumidor en góndola, era aproximadamente 1/3. Con el acuerdo al que estamos llegando hoy, que alcanza, porque me lo subieron hasta de 5 mil a 6 mil, hubo una modificación también ahí, quiere decir que estamos cubriendo aproximadamente al 97 por ciento de los productores totales de leche de la Argentina, fundamentalmente de la cuenca fuerte nuestra, que como todos sabemos es la santafecina y cordobesa y por primera vez el productor está cobrando más del 50 por ciento del precio, del sachet final de leche. No me refiero a la de larga vida por allí, sino a la de consumo popular, a la que la gente accede. Esto significa, en principio, un avance importante y un comenzar también a diferenciar al pequeño y mediano productor, del gran productor.
No nos parecía una política activa del Estado, justa y correcta la de compensar igual al que produce 2 mil, 3 mil, 4 mil y hasta 6 mil del que produce 20 mil, 30 mil o 40 mil litros por día, porque en realidad todos sabemos que los costos nunca pueden ser los mismos para los que producen en gran escala que para el que lo hace en pequeña escala.
Y este primer acuerdo, al que hemos arribado por primera vez, va a apuntar esencialmente a encontrar un sistema de determinación del precio de la leche. Yo creo que la Argentina, en muchas de sus actividades, carece de mecanismos institucionales, en los cuales pueda aplicarse en forma sistémica y permanente para llegar a un resultado. Esto muchas veces, ocasiona discusiones, diferencias, desencuentros y muchas veces termina impactando negativamente en toda la actividad, tanto en la de la producción, como en la de la industria y también en la comercialización.
Así que en las reuniones, que mantuvimos, el primer acuerdo fue, que en estos 45 ó 60 días tenemos que discutir, no solamente el costo real del litro de leche, sino también encontrar un sistema que permita determinar ese costo real. Y esto, también, significará - y esto lo agrego - como inquietud, como idea, como necesidad, también, determinar cuál es la unidad económicamente viable, en términos de producción de leche. De modo tal de no desperdiciar esfuerzos y de ayudar a aquellos pequeños tambos que necesariamente se tornen inviables, a poder mejorar su ecuación económica asociativamente con otros, bajo la forma de cooperativa. Pero, en definitiva, además, de encontrar un sistema en el cuál podamos determinar el precio de la leche, en forma institucional, creo que también tenemos que definir la unidad económicamente viable para el tambero. Porque esto es clave, también, para no desperdigar esfuerzos, para nos desperdigar recursos. Y entonces, si determinamos eso, también con la figura del tambero incluida del tambero mediero, porque también vamos a tener que precisar esta valoración. Sin esta valoración de costo vamos a incluir a aquel que se hace cargo directamente de la producción y aquel que tiene un tambero mediero, que tiene un intermediario y por lo tanto por allí demanda un mayor grado de rentabilidad, que no obedece al costo real del precio de la leche porque nosotros tenemos que defender esencialmente a quien produce y está comprometido él directamente con la producción para no encarecer una materia prima, que es hoy "petróleo blanco", por así decirlo y que va a adquirir aún mayor valor.
Y necesitamos valorizarla porque otras actividades agrícolas, que son muchos más temporales, de seis meses, que no demandan prácticamente mano de obra, hoy por ejemplo, cotizaron a 609 dólares, en el mercado de Chicago. Me refiero a la soja, el gran tema del desplazamiento de la lechería, de la ganadería y en fin todo lo que ha desplazado las fronteras agrícolas.
Recuerdo, que hace un mes atrás, se nos decía que éramos irreales y absolutos cuando planteamos la escala de retenciones móviles y se nos decía que cuándo la soja iba a llegar a 600 dólares, hace un mes. Bueno, ha llegado a 600 dólares la soja, con lo cual uno puede advertir, en primer término, que cuando alguien está sentado en este lugar, que es la Presidenta de la República toma una medida, no es en perjuicio de nadie, sino porque tiene una mirada estratégica de lo que está pasando, porque cuenta con la información y valoración política, porque los mercados, señores, no solamente son fenómenos económicos, sino que son fenómenos esencialmente políticos, que se basan en expectativas , en especulación, etc. O sea que el escenario, al cual se nos acusaba de que estábamos equivocados, hoy está instalado no solamente en la República Argentina, sino en el mundo.
Y los alimentos pasan a ser, junto a la energía, como yo sostuve el 10 de diciembre, en que me tocó asumir como Presidenta, las dos claves de los problemas más graves, que va a vivir el siglo XII. Y en esto la leche ocupa un papel preponderante por dos razones: primero, por la importancia que tiene para el consumo de los argentinos. Ustedes saben que hoy se está consumiendo un 80 por ciento de la producción, aproximadamente, y que estamos exportando en el orden de los 1.600; 1700 millones de litros, convertidos en leche fluida o en leche en polvo. Igualmente una producción importante, porque nos coloca, en términos internacionales, en ser los segundos productores de leche en polvo, en el mundo, por ejemplo.
Pero también en las conversaciones, que hemos mantenido con ustedes, me dijeron que tienen una capacidad instalada, hoy, en la Argentina, capaz de producir hasta 15 mil millones de litros. Y yo les comenté a todos ustedes, la idea que hoy quedo plasmada en este acuerdo, que superada la barrera de los 10 mil millones de litros de leche, íbamos a poner retenciones, pero que no iban a ir para el Estado, sino que iban a ir a un fondo especial, que hemos hecho por ejemplo en el campo de los aceites y podemos replicar en este campo.
De modo tal que aquellos que aportan al mercado interno para mantener accesibles los precios en la mesa de los argentinos, no se vean perjudicados de aquellos que solamente exportan. Creo que si llegamos a esa meta que se han fijado, de 15 mil millones de litro, o sea 5 mil millones, lo que esto significaría en euros, en dólares, en la moneda que sea, sería una cifra muy importante para articular entre producción e industria, y permitir mantener los 15 productos, que hemos denominado el consumo masivo popular para todos los argentinos.
También ustedes deben saber que una de las obligaciones fundamentales que tiene quien ocupa el sillón de Presidenta de la República, no es solamente articular virtuosamente a la industria y a la producción para lograr resultados, sino, fundamentalmente, hacerlo para que los argentinos puedan seguir comiendo como lo están haciendo.
Ustedes saben que en estos cinco años ha aumentado el consumo de la carne un 30 por ciento, el pollo aproximadamente un 25 por ciento, y también mucho del consumo de la leche y sus productos derivados. Esto tiene que ver con que los argentinos han vuelto a tener trabajo, han vuelto a tener salario, han vuelto a consumir.
Yo muchas veces escucho algunos análisis económicos donde ven como un problema que la gente se acostumbre a comer cuatro veces al día o mejore su calidad de vida; qué problema, ahora, los chinos comen y los indios también. Es una cosa que va entre el estupor e indignación muchas veces, o el humor. Pero en realidad es eso lo que está sucediendo, y nosotros tenemos que garantizar entonces, en primer término, la mesa de los argentinos, no por una cuestión solamente, en mi caso de adhesión a un modelo económico y social, sino en el caso de los productores y de los empresarios industriales por una cuestión de inteligencia. Nunca ha habido sustentabilidad institucional y política para ningún modelo que termine provocando hambre y falta de trabajo en los argentinos.
Cuando veía hoy en Chivilcoy, ahí en la fábrica de zapatillas, fundamentalmente gente muy joven con trabajo y todas las motos nuevas que estaban en el patio de la fábrica, que son las que uno puede ver en el conurbano bonaerense y en tantísimos lugares del país profundo; los argentinos han vuelto a consumir. Es un círculo virtuoso que debemos mantener, gobernantes, productores, empresarios industriales, porque es la clave para poder seguir creciendo más: la sustentabilidad social es lo que ha permitido el desarrollo de los países centrales.
Es cierto que muchas veces lo han hecho a costa de los países emergentes, pero hoy estamos en una etapa donde hemos llegado a un momento que era inimaginable, en términos de teoría económica, desde hace muchos años, se han modificado los términos del intercambio. Esos términos en el intercambio comercial que nos condenaban a los países productores de materias primas, o países emergentes, a ser siempre deficitarios en términos de intercambio con los países productores de manufacturas industriales, eran ellos los que fijaban los precios para nuestros productos y las condiciones también. Se ha dado vuelta la taba, somos ahora nosotros los que fijamos los precios y las condiciones de nuestras materias primas a las que tenemos que agregar cada vez mayor valor.
Creo que este es un momento histórico que tiene que ser una oportunidad para todos los argentinos, para todos los productores, para los industriales y para quienes tenemos responsabilidades institucionales de profundizar un modelo y que la gente nos vea ocupados en los temas que hacen a mejorar su calidad de vida concreta.
Por eso quiero agradecer la gestión tuya Omar, la de Accastello, la de hombres comprometidos con las actividades económicas de sus productores. Esto es lo que vale, me parece que para esto nos quiere y nos vota la gente, para solucionar los problemas. Muchas veces en la Argentina han sido los políticos los que han terminado siendo un problema para los argentinos, pero creo que este es un muy buen momento económico y debemos aprovecharlo.
Por eso celebro este acuerdo y este inicio de tareas y de trabajo conjunto que tenemos que llevar adelante, para poder determinar un sistema de precios, para poder determinar una unidad econonómicamente viable en términos de producción tambera; también lograr hacer más eficiente la gestión de nuestras usinas en materia industrial; y para lograr llegar a ese gran objetivo de producción de 15 mil millones de litros, ver cómo ustedes van a administrar ese fondo que se va a crear para mejorar más la capacidad instalada, para tener más tambos y para poder competir con otros cultivos que sabemos han desplazado a la lechería, porque obviamente no demandan, como les dije anteriormente, ni mayor trabajo ni mayor inversión ni compromiso. Pero yo sé que ustedes son hombres muy comprometidos, el tambero es un hombre que ama su producción, su tarea, que está fuertemente comprometido también con la comunidad.
Creo que hemos dado un paso muy pero muy importante, no solamente para este momento, sino para la Argentina en general. Tengo plena confianza de que vamos a redoblar la producción y vamos a poder llegar a metas alcanzadas. Así que los felicito y nada más que invitarlos a seguir trabajando, es la única manera de cambiar las cosas. Las cosas en este país las cambiaron siempre los que trabajaron y construyeron, nunca los que obstruyeron y destruyeron. Eso es muy fácil hacerlo y cuesta muy poco tiempo. Construir y trabajar lleva más tiempo, pero los resultados siempre son mucho mejores, más duraderos y más fructíferos para todos. Gracias y a seguir trabajando.

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