viernes, 18 de julio de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN LA FIRMA DE CONVENIOS CON EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE LITUANIA, VALDAS ADAMKUS.
Señor presidente de la República de Lituania, comitiva que lo acompaña: es para nosotros un gran honor, un inmenso placer recibir aquí en nuestro país a esta joven República que pronto cumplirá mil años, porque además de saludar su incorporación al mundo democrático, tal como nos contaba recién su Presidente con gran orgullo y felicidad, también nuestro país constituye un lugar importante para Lituania porque es precisamente aquí donde reside la segunda comunidad en importancia fuera de Lituania en todo el mundo. Tan importante es la comunidad que hasta tiene un intendente como Ricardo Ivoskus que es precisamente el intendente de San Martín, una importantísima localidad de la provincia de Buenos Aires, lo que revela el grado de integración.
En realidad es una característica distintiva de todas las corrientes migratorias que ha recepcionado nuestro país durante todo el siglo XIX, fines del siglo XIX fundamentalmente, y el siglo XX. Esto nos ha caracterizado por ser precisamente un país absolutamente amistoso, amigable, casi de madre, casi maternal, en esto de recibir a hombres y mujeres que durante fines del siglo XIX y fundamentalmente también el siglo XX, huyeron muchas veces de una Europa asolada por el hambre, la guerra, la miseria o el dolor.
Precisamente por eso le pedíamos al señor presidente de la República hace unos instantes, en la reunión que mantuvimos en privado, que intercediera ante sus pares de la Unión Europea; sabemos que Lituania no tiene el problema de la migración pero queremos que él interceda frente a otros países de la Unión Europea para que precisamente puedan revisar esa, cómo calificarla, odiosa comunicación en materia de política migratoria, que creo, como lo charlábamos hace unos instantes y coincidíamos, es vejatoria de dos cosas. Una de ellas, la más fuerte a mi criterio, la que más nos identifica a ambos, que es el hecho del compromiso irrestricto que uno debe tener con los derechos humanos, con las libertades, con el respeto y la tolerancia hacia el otro, que creo hacen a definirnos como ciudadanos universales a todos. Y la otra por supuesto, el hecho de que los países de la América del Sur siempre hemos recibido a los hermanos de otras latitudes con nuestros brazos abiertos.
Recién le contaba al Presidente que de mis cuatro abuelos tres son españoles y de los cuatro abuelos del anterior presidente de la República Argentina, dos eran croatas y los otros dos bisabuelos de origen suizo-alemán. Como usted verá Presidente, y lo charlábamos hace unos instantes, somos una comunidad en la cual tenemos profundas identidades y lazos con miembros de la Comunidad Europea.
Pero quiero pasar a las cosas que son buenas, que nos unen y que tenemos que profundizar, que creo que es precisamente nuestra relación comercial, nuestra relación cultural, en la que hoy hemos firmado importantes convenios. Sé que ha venido acompañado por una importante delegación de empresarios. Quiero contarle que este, mi país, ha experimentado un fuerte crecimiento, casi a tasas chinas durante los últimos cinco años, y que la última medición del mes de mayo ha sido del 8 por ciento de crecimiento de la actividad económica.
Quiero asimismo decirle que las inversiones en el primer semestre, comparadas en forma interanual con el primer semestre del año pasado, también han crecido un 72 por ciento y de ellas el 85 por ciento han sido precisamente anuncios de inversiones extranjeras. Hoy la Argentina es un excelente país para oportunidades de negocios, que esperamos realmente profundizar.
Finalmente, para terminar quiero recordar, en un día muy especial para los argentinos, que es un triste aniversario hoy 18 de julio. Lo recordamos juntos, él estuvo muy temprano por la mañana visitando a la comunidad judía, visitando la AMIA. Es un triste aniversario para los argentinos, nos hubiera gustado por allí recibirlo otro día, pero creo que al contrario, cuando pasan cosas como las que nos han pasado a los argentinos y cuando vivimos en un mundo tan asolado por las hostilidades y por la inseguridad me parece que tal vez el encuentro de países como el que hoy tenemos aquí es una buena señal para acordarnos de todas las cosas que nos unen, que nos hermanan, y todas las cosas que juntos tenemos que combatir todavía, como son la intolerancia y el terrorismo global.
Así que bienvenido a la República Argentina señor presidente de la República de Lituania, es un gusto tenerlo con nosotros, muchas gracias a usted por su presencia y a toda su comitiva. Muchas gracias
En realidad es una característica distintiva de todas las corrientes migratorias que ha recepcionado nuestro país durante todo el siglo XIX, fines del siglo XIX fundamentalmente, y el siglo XX. Esto nos ha caracterizado por ser precisamente un país absolutamente amistoso, amigable, casi de madre, casi maternal, en esto de recibir a hombres y mujeres que durante fines del siglo XIX y fundamentalmente también el siglo XX, huyeron muchas veces de una Europa asolada por el hambre, la guerra, la miseria o el dolor.
Precisamente por eso le pedíamos al señor presidente de la República hace unos instantes, en la reunión que mantuvimos en privado, que intercediera ante sus pares de la Unión Europea; sabemos que Lituania no tiene el problema de la migración pero queremos que él interceda frente a otros países de la Unión Europea para que precisamente puedan revisar esa, cómo calificarla, odiosa comunicación en materia de política migratoria, que creo, como lo charlábamos hace unos instantes y coincidíamos, es vejatoria de dos cosas. Una de ellas, la más fuerte a mi criterio, la que más nos identifica a ambos, que es el hecho del compromiso irrestricto que uno debe tener con los derechos humanos, con las libertades, con el respeto y la tolerancia hacia el otro, que creo hacen a definirnos como ciudadanos universales a todos. Y la otra por supuesto, el hecho de que los países de la América del Sur siempre hemos recibido a los hermanos de otras latitudes con nuestros brazos abiertos.
Recién le contaba al Presidente que de mis cuatro abuelos tres son españoles y de los cuatro abuelos del anterior presidente de la República Argentina, dos eran croatas y los otros dos bisabuelos de origen suizo-alemán. Como usted verá Presidente, y lo charlábamos hace unos instantes, somos una comunidad en la cual tenemos profundas identidades y lazos con miembros de la Comunidad Europea.
Pero quiero pasar a las cosas que son buenas, que nos unen y que tenemos que profundizar, que creo que es precisamente nuestra relación comercial, nuestra relación cultural, en la que hoy hemos firmado importantes convenios. Sé que ha venido acompañado por una importante delegación de empresarios. Quiero contarle que este, mi país, ha experimentado un fuerte crecimiento, casi a tasas chinas durante los últimos cinco años, y que la última medición del mes de mayo ha sido del 8 por ciento de crecimiento de la actividad económica.
Quiero asimismo decirle que las inversiones en el primer semestre, comparadas en forma interanual con el primer semestre del año pasado, también han crecido un 72 por ciento y de ellas el 85 por ciento han sido precisamente anuncios de inversiones extranjeras. Hoy la Argentina es un excelente país para oportunidades de negocios, que esperamos realmente profundizar.
Finalmente, para terminar quiero recordar, en un día muy especial para los argentinos, que es un triste aniversario hoy 18 de julio. Lo recordamos juntos, él estuvo muy temprano por la mañana visitando a la comunidad judía, visitando la AMIA. Es un triste aniversario para los argentinos, nos hubiera gustado por allí recibirlo otro día, pero creo que al contrario, cuando pasan cosas como las que nos han pasado a los argentinos y cuando vivimos en un mundo tan asolado por las hostilidades y por la inseguridad me parece que tal vez el encuentro de países como el que hoy tenemos aquí es una buena señal para acordarnos de todas las cosas que nos unen, que nos hermanan, y todas las cosas que juntos tenemos que combatir todavía, como son la intolerancia y el terrorismo global.
Así que bienvenido a la República Argentina señor presidente de la República de Lituania, es un gusto tenerlo con nosotros, muchas gracias a usted por su presencia y a toda su comitiva. Muchas gracias