sábado, 21 de junio de 2008

Entrega de viviendas para Pablo Podestá


La presidenta Cristina Fernández junto con el gobernador bonaerensse Daniel Scioli en la entrega de viviendas en Pablo Podestá
Entrega de viviendas para Pablo Podesta.
jueves, 19 de junio de 2008
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, DRA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER EN EL ACTO DE ENTREGA DE VIVIENDAS EN EL BARRIO PABLO PODESTÁ, PARTIDO TRES DE FEBRERO.

Gracias, muchas gracias: cuando recién escuchaba el relato del Intendente de Tres de Febrero, acerca de todas las dificultades, de todas las peripecias, que tuvo que pasar en su gestión para lograr esta obra, que hoy estamos inaugurando: viviendas para familias argentinas, y él relataba lo que le tocó vivir, las adversidades, pero estoy segura que son precisamente las dificultades y las adversidades, las que ponen a prueba el espíritu y el temple de los hombres y mujeres que tenemos responsabilidades en la gestión. (APLAUSOS)

Y precisamente cuando luego de poder superar esas dificultades y esas adversidades se pueden ver, hoy, esas casas preciosas, con esa plaza lindísima, que hoy vamos a inaugurar y que hoy han recibido para disfrutar; recién decía Daniel que pocas obras son más importantes que entregar una vivienda.

Yo tuve vivienda propia, recién cuando tenía unos 12 años, antes como tantísimos argentinos, vivía en una casa alquilada. Vivía también en aquellos años, los años 60', una Argentina en la cual todavía los argentinos, aún los que eran trabajadores, como mis padres, podían construirse con su propio trabajo, con su propio esfuerzo la casa, sin la ayuda del Estado. Hoy todavía no hemos llegado a esa realidad de la que todos aspiramos.

¿Saben con qué Argentina sueño? Con una Argentina en la que el Estado ya no tenga que construir más viviendas, que sean los argentinos con su salario, con su trabajo, con sus esfuerzo los que puedan construir cada casa. (APLAUSOS).
Pero mientras tanto es el Estado el que tiene que cumplir ese rol indelegable de estar junto a los que menos tienen, a los que menos pueden, a los más vulnerables, porque es precisamente su responsabilidad hacerse cargo de eso.

Y hoy aquí, junto a estas familias argentinas, inaugurando viviendas, inaugurando ilusiones, abriendo la puerta a la esperanza me siento, como siempre digo, más Presidenta que nunca de todos los argentinos. (APLAUSOS)

Quiero comprometer todo el esfuerzo para que cada día pueda haber un argentino que haya cumplido su sueño del trabajo, de la casa, del estudio, de la realización personal; quiero vivir en una sociedad en la cual todos los argentinos sientan que tienen la oportunidad de construir un presente y un futuro mejor. Estas casas que hoy inauguramos y que además no solamente van a solucionar la vida de una familia, sino que también han dado trabajo a otros argentinos, que con sus cascos amarillos nos miran desde allá del fondo y son también argentinos, que contribuyen con su esfuerzo, su compromiso y su capacidad a que todos vivamos un poco mejor. (APLAUSOS)

Este es el compromiso, que cada argentino tiene que asumir, no con un Gobierno, no con un partido, sino con su Patria: ayudar al país para que todos los días seamos un poco mejor. Ese es el gran compromiso que tenemos que tener.

Y quiero en esta tarde de lluvia, porque este es un Gobierno que no se suspende por mal tiempo, por lo tanto quiero también decirles una cosa: son de muy buen augurio los días de lluvia. Yo contaba recién cuando veníamos en el auto, que el día que me casé con el ex presidente Kirchner, llovía a cántaros. Hubo una broma que me hicieron, no sé si se van a animar a hacérmela, peor quiero contarles que también es de muy buen augurio este día de lluvia para todos esos que hoy tienen la oportunidad de tener el techo propio, es como comenzar de nuevo una vida nueva.

A ellos mucha suerte, muchas felicitaciones. A todos ustedes muchas gracias por lo que hacen todos los días para vivir en un país mejor. ¡Fuerza y adelante, como siempre, gracias! (APLAUSOS).

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